En Osma, España, Siervo de Dios Juan de Palafox y Mendoza, primer obispo de Puebla de los Ángeles y después obispo de Osma. ( 1659)
Fecha de beatificación: 5 de junio de 2011 durante el pontificado de Benedicto XVI.
Hijo natural del marqués de Ariza, el decimoprimer arzobispo de México nació en Fitero el 24 de junio de 1600. Los primeros años de su vida era conocido como Juan Navarro porque Pedro y María Navarro, criados del marqués, lo recogieron y adoptaron como hijo suyo. A los diez años de edad, el marqués de Ariza reconoció a Juan quien tomó los apellidos Palafox y Mendoza.
A temprana edad Don Juan mostró interés por dedicarse a la carrera militar, pero, obedeciendo los deseos de su padre, decidió asistir a las universidades de Salamanca y Alcalá.
Los años que pasó en la universidad fueron buenos en el aspecto académico, pero Don Juan también se entregó a los placeres mundanos. De él se dice que era un caballero galante, aunque nunca traspasó los límites de las conveniencias sociales y evitó el escándalo.
En 1626 el Ministro supremo del rey Felipe IV lo invitó a Madrid para que ahí pudiera emplear mejor todas sus capacidades. Tan pronto llegó a la capital española se le dio el puesto de Fiscalía del Consejo de Guerra y poco después la del Consejo de Indias.
Después de trabajar algún tiempo en la Corte, Don Juan de Palafox decidió seguir la vocación eclesiástica. En 1629 el rey lo nombró capellán y limosnero de María de Austria. Debido a este encargo, viajó a Alemania, Italia, Francia, entre otros países europeos.
A su regreso fue presentado como nuevo obispo de Puebla. La ceremonia de consagración tuvo lugar en Madrid el 27 de diciembre de 1639 y a cargo estuvo el cardenal Agustín Espínola, arzobispo de Toledo.
El obispo de Puebla llegó a México el 24 de junio de 1640 y entró a su diócesis el 22 de julio. No sólo llegó a nuestro país con el título de obispo de Puebla, sino también con el de visitador y Juez de Residencia de los virreyes.
En Puebla uno de sus mayores logros fue la conclusión de la construcción de la catedral. En 1649, tan sólo nueve años después de su llegada, celebró la dedicación del santuario.
Durante su gobierno pastoral se erigió el Colegio de San Pedro y San Pablo y logró que el rey le diera a las nuevas instituciones el título de Real. El obispo dotó al Colegio de San Pablo con una enorme biblioteca, hoy conocida como Palafoxiana. De la misma forma, fundó el convento de religiosas dominicas de Santa Inés, un colegio de niñas huérfanas y formó las ordenanzas del hospital de San Pedro.
En esta época España estaba en guerra con Portugal. Cualquier funcionario del que se sospechara tener simpatías con el enemigo sería removido de su cargo. Don Juan, por encargo del rey, se dedicó a espiar al virrey Don Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla, quien era miembro de una familia portuguesa.
El 12 de noviembre de 1643, después de la muerte de Feliciano de la Vega, el cabildo eclesiástico nombró a Palafox de Mendoza nuevo Arzobispo de México. Tan pronto llegó a la ciudad destituyó al virrey por simpatizar con los portugueses y tomó en sus manos el poder civil convirtiéndose en nuevo gobernante de la Nueva España. Cinco meses duró su gobierno como virrey y como Arzobispo de México, tiempo en el cual estableció doce compañías de milicias, visitó colegios, dio leyes a la Universidad y continuó con las visitas a los tribunales. Renunció a su cargo de virrey y de arzobispo.
Durante su estancia en Puebla, Don Juan de Palafox tuvo muchos problemas con los miembros de la Compañía de Jesús. El obispo llegó a suspender las licencias que tenían los jesuitas para predicar, lo cual provocó un enorme escándalo en toda la Nueva España.
El 6 de febrero de 1648 llegó a Puebla una carta del rey mediante la cual mandaba llamar a Don Juan a Madrid para rendir un informe de sus acciones en nuestro país.
Después de haber sido Arzobispo de México, obispo de Puebla y virrey de la Nueva España, Palafox llegó a Madrid y fue tratado con desprecio por el rey, quien lo nombró obispo de Osma.
El prelado siguió ejerciendo la caridad en el pobre obispado de Osma hasta su muerte el 1 de octubre de 1659.
El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente a un milagro atribuido a la intercesión del Venerable Juan de Palafox, la ceremonia de beatificación se realizó en Soria (España) el 5 de junio de 2011.
Un proceso iniciado en 1666
El proceso de beatificación se inició en 1666 y fue interrumpido varias veces a lo largo de los últimos tres siglos y medio. Según Moriones, diversas circunstancias han contribuido a prolongar el caso. Por ejemplo, en 1699 la muerte del entonces Papa, del cardenal ponente de la Causa y del obispo de Sevilla, que fungía como su patrocinador.
Por ello la introducción del expediente en El Vaticano se atrasó hasta 1726, bajo el pontificado de Benedicto XIII. Luego, diversos episodios históricos como la Revolución Francesa, el exilio de los Papas y la guerra de unidad de Italia interrumpieron el análisis. A pesar de todo la Causa nunca se interrumpió ni tampoco perdieron su validez ninguno de los pasos aportados en el proceso.
El milagro aprobado
El milagro estudiado y aprobado por el Vaticano se refiere a la curación de Lucas Fernández de Pinedo, un sacerdote de 66 años de edad, párroco de Fuentemolinos de la entonces Diócesis de Osma. En noviembre de 1766 el párroco había sido desahuciado por los médicos tras 40 días de lucha contra una probable forma de tuberculosis, incurable en aquella época.
Según relata el postulador de la Causa, el padre Moriones, el cura había hecho su testamento y recibido los últimos sacramentos y se había despedido de sus parroquianos cuando su sobrino, también sacerdote y vicario parroquial, le trajo una reliquia de Palafox.
El enfermo la recibió, se encomendó y se quedó dormido mientras los síntomas de la enfermedad que lo tenían insomne desde hacía semanas desaparecieron instantáneamente y, al cabo de cuatro horas, se encontraba perfectamente.
Su médico de Fuentemolinos (Soria), otro de la cercana aldea de Roa y un tercero describieron al tribunal todos los síntomas de un enfermo terminal de tuberculosis. La detallada documentación de esta curación inexplicable respalda el milagro que permite beatificar a Palafox, modelo de político honrado y buen obispo.
(fuentes: siame.com.mx; catholic.net)
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