Etimológicamente significa “el que impone la paz”. Viene de la lengua polaca.
Además de los padres, es muy importante que el chico encuentre a educadores como modelos de referencia. Casimiro tuvo ambas cosas.
Ya se sabe por la historia que era hijo de los reyes polacos que tenían su sede en Cracovia. La madre, Isabel, era hija del emperador de Austria, le encomendó la educación al sacerdote Juan y al profesor Calímaco.
Cada uno le enseñó lo que sabían: el primero, el camino hacia la santidad y el segundo la ciencia.
El profesor decía de él:" Casimiro es un joven adolescente santo". . Y el sacerdote:< Se propuso en su vida un ideal que lo cumplió a rajatabla: Hay que agradar siempre a Dios.
Para alcanzar este grado de santidad, tuvo que luchar contra sus inclinaciones y con toda la clase de lujo que suele haber en las cortes reales.
Su profunda meditación la centraba en la Pasión de Cristo y en la vivencia de la Eucaristía. Hasta de noche, tras ayudar a su padre a gobernar Polonia y Lituania, se iba a echar un rato prolongado de oración en los templos.
Lo bueno y atractivo de este chico es que no se lo tenía creído. No llamaba la atención por su forma de vestir, ni de hablar ni de comportarse como es debido con todo el mundo.
Le encantaba el trato y la ayuda con los más pobres. Estaba en la más pura línea del Evangelio.
Llegó el tiempo de casarse. El padre le había buscado a la hija del emperador Federico. Casimiro le dijo al padre que le había prometido a la Virgen su castidad.
Enfermó de tuberculosis y al poco tiempo murió en el año 1484 tal día como hoy. Contaba con 26 años. Su gran trabajo apostólico consistió en extender la religión católica por Polonia y Lituania.
¡Felicidades a quienes lleven este nombre!
(fuente: www.donbosco.es)
No hay comentarios:
Publicar un comentario