Jesús dice: “ Quiero la misericordia y no el sacrificio”.
Fue mártir en el siglo III.
Es un nombre de origen germánico. Aparece en muchos calendarios en el día de hoy.
Muchos mártires murieron tal día como hoy bajo la tiranía del emperador Dioceciano.
De entre estos mártires había una llamada Ammonoaria, de cuyo nombre – cambiado , claro está -, viene el de Amalia.
Eran nombres paganos pero que, al convertirse al cristianismo, se los cambiaban.
Esta chica sufrió el martirio por haber tenido la valentía de plantarle cara al juez.
Cuando éste vio la decisión de la joven, se quedó dubitativo y dándole vueltas a la cabeza.
Pensaba en el origen de la fuerza que demostraban los cristianos ante él por defender su fe en el Crucificado. Tras meditar seriamente qué tenía que hacer con la chica, mandó que le cortasen la cabeza a ella y a todas sus amigas y amigos.
El juez seguía meditando en lo que había ordenado. No se le veía feliz porque, en el fondo, había actuado en contra de su conciencia. No veía nada falso ni malo en ella.
¿Cuál era su problema?
O bien moría él siendo coherente con su conciencia, o bien hacer lo que hizo. Había que obedecer las órdenes del emperador.
Otros jueces – lo hemos visto – ante una verdad tan clara -, se convirtieron al cristianismo. No le ocurrió igual al de Alejandría.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
“No es prudente despertar a un león dormido” (Sydney Philip).
(fuente: catholic.net)
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