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sábado, 12 de marzo de 2016

12 de marzo: Santa Fina o Serafina de San Geminiano

Nació en 1238 en San Geminiano, Toscana, Italia, en una familia que había caído en la pobreza. Era muy bonita y le gustaba mucho hacer caridad: a pesar de su pobreza, guardaba la mitad de su escaso alimento para darlo a los más pobres que ella. Vivía en la mayor humildad, cosiendo e hilando durante el día, pero ocupando el tiempo de descanso en la oración.

Su padre murió cuando era muy joven y por esa época sufrió una grave enfermedad. Su cabeza, manos, ojos, pies y órganos internos se afectaron; sobrevino la parálisis y perdió la belleza. Como crucificada, a imitación de Cristo, permaneció en la misma postura seis años sobre un tablón, sin moverse. Su madre vivía con ella, pero debía trabajar o pedía limosna para comer. A pesar de sus terribles sufrimientos, nunca se quejó; permanecía serena y con los ojos fijos en el crucifijo repetía: «No son mis llagas las que me hieren, ¡oh Cristo!, sino las tuyas».

Su madre murió repentinamente; Fina quedó sola y en la miseria. Sólo la veía su fiel amiga Beldia. Dependía de las limosnas de los vecinos, que no se le acercaban porque les daba repugnancia.

Los insectos se posaban sobre su rostro, y no los podía ahuyentar porque sus manos estaban inmóviles. Sin embargo, Fina recibía a quien la visitara con alegría y agradecimiento. Se consideraba la más dichosa de las criaturas. Experimentaba éxtasis.

Fina sabía de San Gregorio Magno y sus sufrimientos, y le tenía especial devoción. Solía orar para que él, que había sido probado por las enfermedades, intercediera con Dios para que tuviera paciencia. Ocho días antes de morir, cuando yacía sola como siempre, San Gregorio se le apareció y le dijo: «Querida niña, en mi fiesta, Dios te dará descanso». Murió el 12 de marzo de 1253. Los vecinos declararon que su rostro estaba sonriente. Al levantar su cuerpo del tablón sobre el que permaneció tanto tiempo, la madera estaba cubierta de violetas blancas. Toda la ciudad asistió al entierro y se realizaron muchos milagros por su intercesión. Ya muerta, levantó la mano, ciñó el brazo lesionado de su amiga Beldia, y lo sanó.

Los campesinos de San Geminiano aun llaman «flores de Santa Fina» a las violetas blancas que florecen aproximadamente por las fecha en la que se celebra su fiesta.

(fuente: mariavision.com)

otros santos 12 de marzo:

- Abraham, padre de la Fe
- San Luis Orione
- San José Tshang-Dapeng

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