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martes, 9 de febrero de 2016

09 de febrero: San Sabino de Canosa

(+566)

Obispo italiano, campeón de virtud, hombre de doctrina y muy sabio al que el Papa Agapito confió una misión de gran importancia: encabezar a los obispos que en Constantinopla defendieron la fe auténtica ante la herejía monofisita, en tiempos del emperador Justiniano.

Sin conocerse mayores detalles de sus orígenes, se sabe que Sabino nació a finales del siglo V en Canosa de Puglia (Apulia, Italia), región distinta a la más conocida Canossa, en Emilia-Romagna.

Desde su juventud no aspiraba sino a las cosas de Dios y no deseaba en absoluto el dinero, excepto como medio para ayudar a los pobres, cosa que hacía con suma generosidad.

Sucedió a Memore como Obispo de Canosa de Puglia, en el 514. Para entonces el santo obispo llevaba buena amistad con la mayoría de los hombres prominentes de su tiempo, incluyendo al mismo San Benito de Nursia, al que solía visitar en Montecassino.

Fue enviado por el Papa Agapito como cabeza de una comisión de obispos a Constantinopla, en el año 535, cuya encomienda era combatir la herejía monofisita del patriarca Antimo, quien fue removido y sustituido en el patriarcado por San Menas, quien rápidamente convocó a Concilio en el 536, al cual también asistió Sabino.

En su camino de regreso visitó la tumba de San Nicolás en Myra, ocasión en que el también afamado obispo se le mostró a Sabino en una visión.

San Gregorio Magno refiere que en una de las visitas de Sabino a San Benito le comentó preocupado sobre el ingreso de Totila, rey de los ostrogodos, y sus tropas a Roma; sin embargo el santo monje le predijo que Roma no sería derrotada por Totila sino por otras vías.

También se cuenta que Totila en una de sus incursiones arribó a Canosa, y queriendo poner a prueba la fama del obispo -ya muy anciano y además ciego pero dotado de gran luz interior y del don de profecía-, persuadió al copero de Sabino para que lo dejara ofrecerle la copa del brindis. No bien el obispo asió la copa, exclamó el nombre del rey godo diciendo: "Viva esa mano", y desde entonces Totila y sus cortesanos lo consideraban como profeta.

En otra ocasión demostró su don de profecía cuando su arcediano Vindimus, que ansiaba obtener el obispado, deseando apresurar la muerte del anciano, entregó al copero una copa con veneno. El santo dijo al joven: "Bébelo tú; yo sé lo que contiene". Entonces, cuando el copero retrocedió sobresaltado, el santo tomó la copa y la apuró diciendo: "Beberé esto, pero el instigador de este crimen nunca será obispo". El veneno no lo dañó en absoluto y Vindimus jamás fue obispo.

Tras cerca de 52 años de episcopado murió Sabino, el 9 de febrero del 566.

La ciudad de Canosa de Puglia lo venera como su patrono y también Bari le tributa grande culto venerándolo como co-patrono junto al célebre San Nicolás. Le conmemoramos el 9 de febrero.

(fuente: notidiocesis.com)

otros santos 09 de febrero:

- Beato Leopoldo de Alpandeire
- San Miguel Febres Cordero

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