Álvaro es natural de Zamora, donde nace a mediados del siglo XIV. Se da la fecha de 1368 para su entrada en la Orden. Durante muchos años, fue profesor de teología en el colegio de San Pablo de Valladolid, para en 1416 recibir el magisterio en teología en la Universidad de Salamanca. Ingresó en la Orden de Predicadores en 1368. Fue confesor de la reina Catalina de Lancaster y del futuro Juan II de Castilla. Se puede pensar, por tanto, que como san Vicente Ferrer, su contemporáneo tuvo gran influjo en la situación religiosa y política de Castilla y en la situación de la Iglesia dividida por el cisma.
En orden a realizar las consignas de la reforma de la orden propuesta por el beato Raimundo de Capua, entre los años de 1418-1420 viaja a Italia y a Tierra Santa. Cuando vuelve, todo su trabajo se centrará en la fundación del convento de Escalaceli, cerca de Córdoba, que va a ser la cuna de la reforma dominicana en España, de la cual el beato Álvaro es Prior mayor.
En su convento propone una meditación localizada en la pasión del Señor con la construcción de dos capillas y dando en la toponimia del lugar, un reflejo de los mismos lugares de Jerusalén, por lo que indudablemente puede ser considerado como el introductor en Europa de la devoción del «Via Crucis». Desde su convento de Escalaceli influye con un apostolado eficaz dentro y fuera de la Orden.
Muere un 19 de febrero alrededor del año 1430.
Su sepulcro se encuentra en el Santuario de Santo Domingo de Escalaceli (o Scala Coeli), situado a unos 10 kilómetros de Córdoba, accediéndose a él por la carretera de Santo Domingo.
Su culto fue autorizado por Benedicto XIV el 22 de septiembre de 1741.
(fuentes: Academia de Humanidades PP Dominicos; beatajuanadeaza.wordpress.com)
otros santos 19 de febrero:
- Beato Conrado Confalonieri de Piacenza
- San Beato de Liébana
- San Quodvultdeus
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