En su Confirmación, en 1597, tomó el nombre de Rosa, porque, cuando niña, su cara había sido vista transformada por una rosa mística. Cuando era niña destacaba por su gran reverencia y pronunciado amor hacia todas las cosas relacionadas a Dios. Esto tomó tal posesión de ella que desde entonces su vida la consagró a la oración y mortificación. Tenía una intensa devoción hacia el Niño Jesús y Su Madre Bendita y pasaba largas horas ante su altar.
Era escrupulosamente obediente y de labor incansable, progresaba rápidamente a través de la atención que prestaba a la instrucción que le brindaban sus padres, a sus estudios, y a su trabajo doméstico, sobre todo con la aguja.
Después de leer sobre Santa Catalina de Siena decidió tomar a la santa como modelo para su vida. Empezó ayunando tres veces por semana, además de severas penitencias secretas, y cuando se veía tentada por la vanidad, cortaba su hermoso cabello, llevaba ropa tosca, y maltrataba sus manos con arduo trabajo. Todo este tiempo ella tenía que enfrentarse con las objeciones de sus amigos, el ridículo de su familia, y la censura de sus padres.
Pasaba muchas horas frente al Santísimo Sacramento, a quien recibía diariamente.
Finalmente decidió hacer un voto de virginidad, e inspirada por amor sobrenatural, adoptó medios extraordinarios para cumplirlo. Tuvo que combatir la oposición de sus padres, quienes deseaban que se casara. Durante diez años su lucha continuó y finalmente obtuvo, por paciencia y oración, el consentimiento de sus padres de continuar con su misión.
Al mismo tiempo grandes tentaciones atacaban su pureza, su fe y su constancia, causándole insoportable agonía de mente y desolación de espíritu, impulsándola a mortificaciones más frecuentes; pero diariamente también, Nuestro Señor se manifestaba a sí mismo, fortaleciéndola con el conocimiento de Su presencia y consolando su mente con la evidencia de Su Divino amor.
El ayuno diario fue seguido pronto de la abstinencia perpetua de carne, y esta, a su vez, por el consumo único de la comida más tosca, apenas suficiente para sobrevivir. Sus días estaban llenos de actos de caridad y servicio. Su puntada y bordado exquisitos le ayudaban a mantener su casa, y sus noches estaban consagradas a la oración y a la penitencia. Cuando su trabajo se lo permitía se retiraba a la pequeña gruta que había construido, con la ayuda de su hermano, en su pequeño jardín, y allí pasaba sus noches, en soledad y oración.
Superando la oposición de sus padres, y con el consentimiento de su confesante, le permitieron posteriormente convertirse, prácticamente, en una reclusa en esta celda, salvo por sus visitas al Santísimo Sacramento.
A la edad de veinte años recibió el hábito de Santo Domingo. Después de esto reduplicó la severidad y variedad de sus penitencias a un grado heroico, usando constantemente una corona de espinas de metal, ocultada por rosas, y una cadena de hierro sobre su cintura. Podía permanecer días sin probar alimento alguno, salvo un trago de hiel mezclado con hierbas amargas. Cuando ya no podía estar de pie, buscó reposo en una cama construida por ella, de vidrio roto, piedra, restos de recipientes, y espinas. Ella admitía que el pensamiento de acostarse en ella le hacía temblar de miedo. Este martirio de su cuerpo duró catorce años sin interrupciones, pero no sin consuelo.
Nuestro Señor frecuentemente se le revelaba e inundaba su alma con paz y alegría, a tal punto que podía permanecer en éxtasis cuatro horas. Ella le ofrecía al Señor en estas ocasiones todas sus mortificaciones y penitencias en expiación por las ofensas contra Su Divina Majestad, por la idolatría de su país, por la conversión de pecadores, y por las almas del Purgatorio. Muchos milagros siguieron a su muerte.
Fue beatificada por Clemente IX, en 1667, y canonizada en 1671 por Clemente X, la primera americana en recibir tal honor. Su fiesta se celebra el 30 de agosto. Es representada usando una corona de rosas.
Santuario de Santa Rosa
Su casa (El Santuario) ubicada en el centro de Lima conserva los lineamientos que tuvieron en el siglo XVI época en que vivió Rosa. Anualmente es visitado por miles de devotos, peregrinos y turistas quienes recorren los ambientes que estuvieron directamente ligados a su vida y caridad para el prójimo.
Se conservan como reliquias una ermita donde ella rezaba. Cerca de la ermita hay un pozo de veinte metros de profundidad donde sus devotos depositan sus deseos escritos, también se conserva la habitación donde dormía, la Habitación (El Corazón del Santuario) en la cual nació y la enfermería donde atendía a sus hermanos necesitados.
En la parte central se encuentra la primera imagen de Santa Rosa hecha aproximadamente en 1670, tallada en madera de cerezo. Cuenta la historia que cuando los piratas ingleses amenazaron con invadir Lima, esta fue la imagen que defendió a la ciudad encabezando una procesión.
También encontramos una habitación que estaba destinada a la enfermería donde la Santa curaba a los enfermos, en el centro de la sala se encuentra un niño Dios conocido como El Doctorcito, a quién recurría en consulta para cuando tenía que atender casos graves. Entre relicarios, Biblia y vestidos de sacerdotes de la colonia se encuentra la imagen de Santa Rosa, pintada en madera que Miguel Grau llevó en el Huáscar.
La Basílica-Santuario, fue empezada luego de su canonización, con posteriores restauraciones durante los siglos XVII - XX hubo de ser remodelada e inaugurada finalmente el 24 de agosto de 1992, Este lugar es principal punto de peregrinación de todo el Perú y su arraigo popular es comparable a la Virgen de Guadalupe en México.
La figura de Rosa de Santa María en el corazón del pueblo peruano representa un símbolo de integración nacional, en ella convergen todas las clases sociales.
Formó parte de la familia dominicana, de la provincia de San Juan Bautista del Perú. Se destacó por la perseverancia, firmeza, paciencia, su vida ascética y por su dedicación a los pobres y enfermos, a quienes atendía en una de las habitaciones de su casa. Sus flores preferidas fueron las margaritas, los claveles y las rosas.
Se han escrito cerca de 400 biografías sobre ella.
Más de mil rostros en lienzos, estampas y esculturas, hechos entre otros, por renombrados artistas como Francisco de Zurbarán, Claudio Coello, Angelino Medoro, Daniel Hernández, Teófilo Castillo, Francisco González y Sérvulo Gutiérrez.
A partir de las reformas al calendario litúrgico introducidas en el Concilio Vaticano II, la fiesta de santa Rosa de Lima es el 23 de agosto (fecha que se celebra en España) Anteriormente se celebraba el día 30 de agosto, y ésa es la fecha que se mantiene en el Perú y otros países latinoamericanos de los que es patrona.
En la República del Perú es un día feriado y su imagen (descubierta el día de la canonización en 1671 en la Catedral) recorre las calles de Lima.
(fuente: www.aciprensa.com)
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