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jueves, 31 de diciembre de 2015

31 de diciembre: San Juan Francisco Regis

El Papa Pío XII llegó a exclamar: "Un predicador que merece muy bien ser llamado Patrono de las misiones populares es San Francisco Regis".

Francisco nace en 1597 de familia acaudalada en Narbona, Francia y a los 19 años empieza a no sentirse a gusto en la vida mundana. Siente aversión por los placeres mundanales. Y súbitamente cae en la cuenta de que la santidad no será conseguida por él si sigue viviendo entre las gentes mundanas. Cerca de su ciudad había una abadía de monjes que lo estimaban, pero a él le atraía más la Compañía de Jesús, porque los Jesuitas se dedicaban más al apostolado entre el pueblo. Pidió ser admitido entre los jesuitas y en su noviciado demostraba tal fervor que uno de sus compañeros llegó a declarar: "Juan Francisco se humilla él mismo hasta el extremo, pero demuestra por los demás un aprecio admirable".

Siendo estudiante, el compañero de habitación lo acusó ante el superior diciéndole que Regis en vez de dormir lo suficiente pasaba muchas horas rezando en la capilla. El Padre Rector le respondió: "No le impidas sus devociones. No te opongas a sus comunicaciones con Dios. a mi me parece que este joven es un santo y que un día nuestra Comunidad celebrará una fiesta en su honor". Y esta respuesta resultó profética.

A los 33 años fue ordenado de sacerdote y al año siguiente lo destinaron a un trabajo que estaba muy de acuerdo con sus aspiraciones y con su fuerte constitución física: dedicarse a predicar misiones entre el pueblo. Y se dedicó a este trabajo con tal energía que sus compañeros exclamaban: "Juan Francisco hace el oficio de 5 misioneros". En 43 años de vida, 24 como religioso, diez como sacerdote y 9 como misionero popular, logró inmensos éxitos y tuvo el mismo calificativo en todos los sitios donde estuvo predicando: "el santo".

A diferencia del estilo muy elegante y rebuscado que se usaba entonces para predicar, el padre Juan Francisco se dedicó a predicar de manera extremadamente sencilla, con estilo directo, a veces hasta rayando en demasiado ordinariote, pero que iba directamente al alma y con una elocuencia y un fervor, que los pecadores no eran capaces de no conmoverse al escucharle. Sus sermones atraían a las multitudes formadas por católicos y herejes, gente buena y gente corrompida, pobres y ricos, sabios e ignorantes. Le encantaba predicar a los pobres, pero decía que con sus sermones había logrado convertir también a muchos ricos.

Los oyentes comentaban: "Este padre no dice solamente lo que sabe, sino que parece que lo que está diciendo lo estuviera viendo". Al escucharle se conmovían aun los corazones más indiferentes. Un predicador de fama fue a escucharle, y después decía a sus colegas: "El Padre Juan Francisco predica con extrema sencillez y convierte pecadores por millares y nosotros que predicamos con tanta elegancia, ¿a quién logramos convertir?".

Otro testigo afirmaba: "Lo que a mí me admira es que un hombre de tan pobre presencia, con su sotana llena de remiendos, diciendo lo que todos dicen, sin adornos en su lenguaje, siendo a veces tan duro en su hablar, tiene tan grande inspiración divina que uno no es capaz de escucharle y seguir en paz con sus pecados".

Algunos doctores se dirigieron al superior de los jesuitas diciéndole que el Padre Regis predicaba muy burdamente. Que un modo de predicar así era un deshonrar la altísima dignidad de predicador. Entonces el superior provincial se fue con su secretario a escuchar un sermón del santo, mezclados entre el pueblo. El superior quedó tan profundamente impresionado por su predicación, que les dijo a los acusadores: "Ojalá quisiera Dios que todos los misioneros predicaran con toda unción como este sacerdote. El dedo de Dios está aquí. Si yo viviera en esta región, no me perdería ni un solo sermón de este padre".

Un párroco afirmaba: "En mi parroquia, después de una misión predicada por el Padre Juan Francisco, mis parroquianos cambiaron de tal manera, que a mí me parecía que eran otras personas".

El Sr. Obispo lo envió a misionar a una región que durante 40 años había sido invadida por los calvinistas, y en la cual la corrupción de costumbres era espantosa y el anticatolicismo era tan feroz que el mismo Sr. Obispo no podía nunca aparecer por allí. Y el poder de convicción del Padre Regis fue tan arrollador que las conversiones se obraron por montones. Una de las más terribles calvinistas, al oír que el santo sacerdote le preguntaba: "¿Y Ud. cuándo es que se va a convertir?", sintió una fuerza de la gracia de Dios tan avasalladora, que le respondió: "Pues, ¡me quiero convertir ahora mismo!", y en verdad que dejó su mala vida pasada y empezó a vivir como una buena católica.

Como con sus predicaciones acababa con muchos vicios, aquellos que vieron afectados con esto sus malos negocios, lo acusaron con calumnias ante el Sr. Obispo y hasta en Roma. El padre sufrió mucho con esto, pero afortunadamente Dios hizo que el secretario del obispo se diera cuenta de las mentiras que le estaban inventando y le defendió ante Monseñor, el cual escribió a Roma, hablando muy bien del gran misionero.

Mientras tanto el santo seguía misionando por las regiones más apartadas y de más difícil acceso. Y las multitudes lo seguían. Los campesinos se encontraban y el saludo que se daban era: "Vamos a escuchar al santo". Y en las ciudades, los templos se llenaban hasta más no poder, y los feligreses repetían: - Vayamos a oír al santo.

A muchísimas mujeres las sacó de la vida corrompida y las encaminó hacia una vida virtuosa. Los vicios que convirtió fueron incontables.

A las tres de la madrugada estaba levantado. Pasaba la mañana confesando y predicando y la tarde consiguiendo ayuda para los pobres. Muchas veces se olvidaba de comer.

A dos ciegos les hizo recobrar la vista. Con la imposición de las manos curó a muchos enfermos. Su despensa daba y daba a los pobres y no se agotaba y el milagro más grande que conseguía era convertir a los pecadores de su mala vida.

Se fue a predicar una misión a una región terriblemente fría y apartada. Por el camino lo sorprendió una tempestad de nieve que le impidió continuar el viaje y tuvo que pasar la noche en medio de terrible ventarrón y en plena nieve. Y le sobrevino una pulmonía. Sin embargo así de enfermo pronunció tres sermones el primer día de la misión y dos el segundo día. Toda la mañana de este día la pasó confesando. En ayunas celebró la misa a las dos de la tarde, y cuando se dirigió a su confesionario para seguir su labor heroica, cayó desmayado.

Lo llevaron a la casa cural y poco antes de morir exclamó: "Veo a Nuestro Señor y a su Santísima Madre que preparan un sitio en el cielo para mí". Y luego exclamó: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu", y murió. Era el año 1640.

Al visitar el sepulcro de San Juan Francisco Regis, se propuso después el joven San Juan Vianey, ser sacerdote, costara lo que costara. Es que los ejemplos de su vida son admirables.

(fuente: www.ewtn.com)

otros santos 31 de diciembre:

- San Silvestre I
- Santa Melania la Joven

miércoles, 30 de diciembre de 2015

30 de diciembre: Beata Margarita Colonna

Aprobación del culto: Pío IX, el 17 de septiembre de 1847
Nacimiento: Palestrina (Roma, Italia), en 1254
Muerte: Castel San Pietro (Roma, Italia), el 30 de diciembre de 1284,
Orden: Franciscanas Clarisas.


Vida de la beata Margarita Colonna, OSC (1254-1284)

Margarita nació en 1255, en Palestrina, hija de Odón, de los Príncipes Colonna, y de Mabilia o Magdalena Orsini, que tenían otros dos hijos: Juan y Giacomo (Santiago). Corría en ella, por tanto, la sangre de dos de las más poderosas familias romanas, protagonistas de excepción de la historia de la ciudad de Roma, con fases de paz y fases de enconados enfrentamientos. Palestrina era la plaza fuerte de la familia. Las grandes familias romanas estaban estrechamente unidas al papado y a la curia, y los Colonna. En 1212 había sido legado pontificio para la V Cruzada Juan Colonna, cardenal de Santa Práxedes. Fue él quien trajo a Roma desde Oriente la columna a la que, según la tradición, estuvo atado Jesús durante la flagelación, y que aún se conserva en la iglesia de la que él fue titular.

Los años en los que vivió Margarita fueron tumultuosos y complicados para la Iglesia. La sede papal quedó vacante durante 20 años, el periodo más largo de la historia. Los pontificados de los papas que salían del cónclave eran demasiado breves, y eso perjudicaba su autoridad y prestigio, tan necesarios para mantener el equilibrio entre las pretensiones de Francia y del Imperio germano sobre el territorio italiano.

Desde la más tierna infancia había sido educada por su madre en las virtudes cristianas por su madre, que había conocido a san Francisco en la casa de su hermano Mateo, tío de Margarita. Pero ella y sus hermanos quedaron pronto huérfanos, primero de padre, y luego de madre. Quedó bajo la tutela de su hermano Juan, dos veces senador de Roma, quien le preparó un matrimonio prestigioso y conveniente para las alianzas nobiliarias, mas ella sólo deseaba ser esposa virginal de Jesucristo.

El 6 de marzo de 1273, apoyada por su otro hermano, el cardenal Giacomo Colonna, se retiró con otras dos jóvenes piadosas en la iglesia de Santa María de la Costa, en el Monte Prenestino, hoy llamado Castel San Pietro, encima de Palestrina, donde fundaron una comunidad religiosa, sin aprobación canónica. Vistió el sayo de las damianitas, bajo el cual llevaba un cilicio ceñido a sus carnes. Entre ayunos y penitencias pedía al Señor le concediese su mayor deseo: ser clarisa. Así vivió unos años, siendo un escándalo para su familia.

En 1278, siendo su hermano Juan senador de Roma, su otro hermano, Giacomo, fue nombrado cardenal por expreso deseo del papa Nicolás III (Giangaetano Orsini, también pariente de Margarita). La elección no se obedeció solamente al hecho de pertenecer a una familia importante. El joven Giacomo era un verdadero creyente y amaba a Cristo, de modo que tomó consigo a su hermana y la llevó a Roma, para orar juntos ante los sepulcros de san Pedro y san Pablo. Fue el comienzo de una nueva etapa en la vida de Margarita, pues su ejemplo despertó el interés de otras mujeres, interesadas en dedicar enteramente su vida, como ella, al servicio de Cristo.

Hacía sólo 20 años que había muerto santa Clara, y su ideal de vida y el de Francisco atraía a multitud de personas de toda condición social. A petición de Margarita, el ministro general de los frailes menores fray Jerónimo Masci, futuro papa Nicolás IV, le permitió entrar en el monasterio de santa Clara de Asís, pero los planes del Señor eran otros, y una enfermedad se lo impidió. Pensó entonces en retirarse con sus compañeras en el convento de la Méntola sobre el monte Guadagnolo, entre Palestrina y Tívoli), donde se veneraba una imagen de la Virgen a la que le tenía mucha devoción, pero era un feudo del conde de Poli, que no veía con buenos ojos a una Colonna en su territorio. Fue por eso que, al poco tiempo, se trasladó a Roma, y pasó largo tiempo como huésped de una noble muy piadosa y generosa, llamada Altrudis, apodada “de los pobres” por aquellos a quienes ella había dado sus bienes. Hasta que, en 1278, con ayuda de su hermano cardenal, regresó al monte Prenestrino, junto a su ciudad natal, para fundar monasterio donde se viviera pobremente y se alabara al Señor día y noche.

Ella misma se ocupó de la formación de sus compañeras; pero su caridad se extendía más allá, hasta los enfermos y pobres de la comarca. Cada año, para la fiesta de San Juan Bautista, del que era muy devota, organizaba para ellos una comida. Cuenta la tradición que, en cierta ocasión, se presentaron Jesús y el Bautista a su mesa, pero desaparecieron cuando los reconoció Margarita. Toda su rica dote fue a parar a manos de los pobres y enfermos. Una vez agotado su rico patrimonio personal, no permitió que sus hermanos le ayudasen, sino que prefirió vivir como franciscana, y no le importó recurrir a la “Mesa del Señor”, pidiendo limosna de puerta en puerta, para continuar su obra en favor de los pobres.

Practicó de manera heroica todas las virtudes, edificando al pueblo con la oración asidua y el ejemplo de una caridad heroica. Con ocasión de una epidemia, Margarita se hizo “toda para todos” asistiendo maternalmente a los hermanos enfermos y corrió también en ayuda de los franciscanos de Zagarolo. Otra vez acogió en casa a un leproso de Poli, comiendo y bebiendo en el mismo plato y, en un ímpetu de amor, besó aquellas repugnantes llagas. Sería demasiado prolijo recordar todas las manifestaciones de la intensa vida mística de Margarita: la observancia escrupulosa de la regla de Santa Clara, el amor a la pobreza, la continua unión con Dios, los éxtasis, las efusiones de lágrimas, las frecuentes visiones celestiales, el matrimonio místico con el Señor, quien se le apareció colocándole un anillo en el dedo y una corona de lirios sobre la cabeza y le imprimió la llaga del corazón.

Durante siete años sobrellevó pacientemente una herida ulcerosa en el costado, como si llevara una llaga de la pasión de Jesucristo. Aún no había cumplido los 30 años cuando murió al alba del 30 de diciembre de 1284, a causa de la úlcera y de unas fiebres altísimas. Su muerte fue en todo digna de una perfecta hija de San Francisco, el cual por amor de dama pobreza quiso morir desnudo sobre la desnuda tierra. La noche de Navidad se le había aparecido la Virgen con el Niño en brazos, y la dejó en un estado de profunda exaltación. Después que hubo recibido el viático y la unción de los enfermos, pidió a su hermano el cardenal Giacomo, que la colocaran en tierra, deseando morir pobre como Jesús y el Seráfico Padre San Francisco. Fue complacida, pero sólo por un breve espacio de tiempo, porque estaba demasiado extenuada. Por último pidió que le dieran el crucifijo: habiéndolo besado con intenso afecto, lo mostró a sus hermanas, exhortándolas a amarlo con todas sus fuerzas. Se adormeció un poco y luego volviendo en sí exclamó con vigor: “He ahí a la santísima Trinidad que viene, adoradla!”.

Luego, cruzados los brazos sobre el pecho, y fijando los ojos en el cielo, expiró serenamente.

Los funerales se desarrollaron el mismo día, en la iglesia de San Pietro sul Monte Prenestino con gran concurso de pueblo y de todos los franciscanos de la zona. El sepulcro de Margarita se convirtió enseguida en meta de peregrinos, que recibían gracias por su intercesión. Cuando el papa Honorio IV autorizó en 1285 el traslado de su comunidad de clarisas al monasterio de San Silvestre in Cápite de Roma, éstas se llevaron consigo el cuerpo de la beata, que permaneció allí hasta el año 1871. Hoy sus reliquias se veneran en la iglesia de Castel San Pietro, donde la semilla sembrada por Margarita hace más de siete siglos sigue aún viva, gracias a las clarisas del monasterio de Santa María de los Ángeles.

Sus primeros biógrafos fueron su hermano Juan y la primera abadesa de San Silvestre. Pío IX aprobó su culto el 17 de septiembre de 1847. Pocos años antes el papa Gregorio XVI había dispuesto que los Colonna y los Orsini eran las únicas familias con el privilegio exclusivo de Príncipes asistentes de la sede pontificia.

Margarita representa para el mundo una delicadísima figura de mujer en quien las dotes naturales de inteligencia, fascinación y sensibilidad, unidas al realismo y a la dignidad de su hogar, se insertan en el robusto árbol de la espiritualidad franciscana. Su vida brilla como un arco iris de paz en la historia tormentosa de su tiempo.

ORACIÓN

Oh Dios, que has hecho admirable
en el desprecio de los bienes terrenos
a la Beata virgen Margarita,
ardiente de amor por ti:
concédenos, por su intercesión,
permanecer siempre unidos solamente a ti
mientras cargamos con nuestra cruz.
Derrama sobre nosotros, Señor,
el espíritu de santidad
que concediste a la Beata Margarita Colonna,
para que podamos conocer el amor de Cristo,
que supera todo conocimiento,
y gozar de la plenitud de la vida divina.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

BIBLIOGRAFÍA - Colonna Giacomo / D. Waley. - In: Dizionario biografico degli italiani. 027 Collenuccio-Confortini. - Roma : Istituto della Enciclopedia Italiana, 1982. - pp. 311-314.
- B. Margherita Colonna / Le due vite scritte dal fratello Giovanni Colonna senatore di Roma e da Stefania monaca di S. Silvestro in capite ; Testi inediti del sec. XIII illustrati e pubblicati da p. Livarius Oliger. - Romæ : Facultas Theologica Pontificii Athenæi Seminarii Romani, 1935. - XV, 238 : 11 tav. ; 25x17,5 cm (8°).
- La b. Margherita Colonna (Clarissa, Palestrina 1255-Castel S. Pietro 1280) / Attilio Cadderi. - Roma : Ed. Frate Francesco, 1984. - 176 p. ; 20,5x14,5 cm (8°).
- La beata Margherita Colonna nel VII centenario della morte (1280-1980) / Carlo Cadderi ; Frate Francesco 048 (1981) 31-42.
- La b. Margherita Colonna. Illustrata dal p. Carlo A. Cadderi / Atanasio G. Matanic ; Frate Francesco 052 (1985) 21-26.
- La principessa santa: Margherita Colonna / Maria Castiglione Humani ; Frate Francesco 013 (1936) 353-358.

(fuente: www.fratefrancesco.org)

otros santos 30 de diciembre:

- Beata Eugenia Ravasco
- Santa Judit

martes, 29 de diciembre de 2015

29 de diciembre: San Martiniano de Milán

obispo

En Milán, de la Liguria, san Martiniano, obispo.

Décimo quinto obispo de Milán, su existencia está atestiguada el año 431, en el que escribió una carta a Juan de Antioquía y a los obispos partidarios de Nestorio. Murió un 29 de diciembre, de un año no precisado, y se lo ha conmemorado el 2 de enero, en la octava de san Esteban. Actualmente está sepultado bajo el altar mayor de la basílica de San Esteban. Hay un poema de Ennodio (Carmina II, 81) sobre san Martiniano, que recuerda su elección episcopal y que le atribuye la construcción de dos iglesias y un gobierno de breve duración, en contraste con los 30 años de episcopado que le atribuyen algunas noticias.


(fuentes: Santi e Beati; evangeliodeldia.org)

otros santos 29 de diciembre:

- Santo Tomás Becket
- San David, Rey y Profeta

lunes, 28 de diciembre de 2015

28 de diciembre: San Gaspar de Búfalo

S. Gaspar del Búfalo, el apóstol a la devoción de la Preciosa Sangre, nació en Roma el 6 de Enero de 1786. Como sacerdote desarrolló su trabajo de apostolado en Roma y después se convirtió en un misionero dedicado. En sus viajes misioneros en Italia invitó a los fieles a reflexionar y adorar la Preciosa Sangre de Cristo. En el año 1815 fundó la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre; en 1834, con su apoyo, Sta. Maria de Mattias fundó la Congregación de las Hermanas Adoratrices de la Sangre de Cristo. Gaspar fue beatificado por S. Pío X en 1904 y canonizado por Pío XII en 1954. Manifestando su particular devoción a S. Gaspar del Bufalo, el Papa Juan XXIII visitó su cuerpo en la iglesia de Santa Maria en Trivio el 4 de Enero de 1963, donde permanece para la veneración por los fieles.


Biografía

◙ 1786. 6 de Enero: nace Gaspar del Búfalo en Roma. Es bautizado al dia siguiente.
◙ 1788: sufre una grave enfermedad en los ojos, con peligro de muerte. Es salvado por la intercesión de S. Francisco Javier.
◙ 1808. 31 de Julio: después de completar los estudios teológicos, es ordenado sacerdote en la Iglesia de S. Vicente de Paul en Montecitorio. Celebra la primera misa el 2 de Agosto. El 23 de Octubre funda el Oratorio nocturno de S. Maria en Vincis con los hermanos Bonanni, Santelli y Gonnelli. El 8 de Diciembre apoya al hermano Albertini en la institución de la Cofradía de la Preciosa Sangre in S. Nicola en Carcere y predica el sermón.
◙ 1809. El 17 de Mayo Napoleón suprime los Estados Pontificios. El 6 de Julio el Papa Pío VII es deportado.
◙ 1810. 13 de Junio: niega juramento a Napoleón Bonaparte que había invadido los Estados Pontificios afirmando “no puedo, no quiero, no debo”. Es apresado varias veces y exiliado en Piacenza. En Septiembre enferma y casi muere. En Diciembre es trasladado a Bolonia.
◙ 1811. 20 de Octubre: muere Annunziata del Bufalo, madre de Gaspar. 13 de Septiembre: Rechaza jurar fidelidad a Napoleón por segunda vez. Gaspar es arrestado en Bolonia y enviado a la prisión de San Juan en Monte.
◙ 1813: 12 de Enero: Gaspar is trasladado a la prisión en Imola. 5 de Marzo: Gaspar es trasladado a la fortaleza en Imola. 16 de Mayo: Tras negarse a prestar juramento a Napoleón por tercera vez, Gaspar es trasladado a la fortaleza en Lugo. 17 de Junio: el hermano Bonanni, en Roma, instituye el grupo de sacerdotes llamados “Trabajadores Evangélicos”, para promover la predicación de misiones. 10 de Diciembre Gaspar es enviado a Bolonia y, negándose a jurar una vez más, es condenado y enviado a Córcega. 20 de Diciembre 20: Llega a Florencia a la espera de órdenes para ir a Livorno donde será embarcado a Córcega. 27 de Diciembre: Los “Trabajadores Evangélicos” le escriben desde Florencia, a través del secretario Antonio Santelli, invitándole a ser miembro del grupo.
◙ 1814. 14 de Enero: Gaspar responde con entusiasmo a la invitación. El 26 de Enero Murat entra en Roma y devuelve la libertad a los sacerdotes que estaban detenidos o exiliados por negarse a hacer juramento a Napoleón. En Febrero Gaspar regresa a Roma tras cuatro años de exilio y prisión. 10 de Marzo: Napoleon libera a Pío VII. 24 de Mayo: Pío VII regresa a Roma. 30 de Noviembre: Pío VII confía el monasterio y la Iglesia de S. Félix de Giano para el establecimiento del Instituto de las Misiones. 8 de Diciembre: Gaspar comienza su actividad misionera con su primera misión en la Iglesia de S. Nicolás en Carcere, Roma.
◙ 1815. 20 de Julio: Gaspar renuncia a ser canónigo en San Marcos para dedicarse a las misiones por completo. 15 de Agosto: Se abre la primera casa del Instituto en S. Félix en Giano (Umbria). Cuatro miembros cantan un Te Deum para la ocasión. Del 20 de Noviembre al 10 de Diciembre: El Papa llama a los predicadores más famosos en Benevento para misiones. Gaspar está entre ellos.
◙ 1816. Predica retiros y misiones.
◙ 1817. Predica retiros y misiones. Gaspar es nombrado Primer Promotor y Misionero de la Cofradía de la Preciosa Sangre.
◙ 1818. Predica retiros y misiones.
◙ 1819. Predica retiros y misiones. Publica su “Método de las Misiones Sagradas” y las reglas para el establecimiento de las sociedades parroquiales para dar continuidad a las misiones. 22 de Julio: Con la intención de extirpar el bandidaje y la delincuencia que campaban en Marittima y Campagna, el Papa Pío VII publica el decreto de la destrucción de la ciudad de Sonnino, ciudad fuerte de los bandidos.
◙ 1820. Predica retiros y misiones. 7 de Junio: en Pievetornia se celebra el primer Congreso del Instituto, donde Gaspar clarifica y amplía las Reglas que ya habían sido diseñadas en Giano inicialmente.
◙ 1821. En Roma, Gaspar prepara el “Proyecto de la Cultura Religiosa y Moral para la provincia de Marittima y Campagna.” 28 de Octubre: Pío VII firma el documento por el que encarga a Gaspar la reforma moral de las provincias infestadas de bandidaje y ordena la apertura de seis casas de misión en la zona. Gaspar hace un viaje de inspección a Marittma y Campagna y contacta con los obispos y autoridades civiles con el objetivo de encontrar instalaciones apropiadas para las fundaciones.
◙ 1822. Predica retiros y misiones. 3 de Marzo: Misión en Vallecorsa. Gaspar se encuentra por primera vez con María de Mattias. Durante la predicación, él mira hacia ella y apunta al crucifijo que está sosteniendo. Giovanni Merlini será su director espiritual. Ella fundará posteriormente las hermanas Adoratrices.
◙ 1823. Predica retiros y misiones. 18 de Abril: Apertura de la casa de misión en Benevento. 20 de Agosto: el Papa Pío VII muere en Roma. 28 de Septiembre: Elección del Papa León XII.
◙ 1826. Predica misiones y ejercicios espirituales. Apertura de casas de misión en Sonnino y Sermoneta. Reapertura de la casa de Terracina. 7 de Enero: el cardenal Giulio Della Somaglia, pide a S. Gaspar un misionero para misiones extranjeras. En Enero el Papa León XII llama a S. Gaspar a Roma desde S. Félix, Giano. En Febrero el Papa León XII quiere enviar a S. Gaspar como Nuncio en Brazil. 17 de Febrero: S. Gaspar busca la cooperación de Monseñor Cristaldi para que la petición sea anulada. De todas formas tiene que permanecer en Roma trabajando en la Propaganda Fide. 13 de Marzo: El Padre Gaspare Carboneri y el hermano Giacomo Velletrani marchan al extranjero. 2 de Octubre: Monseñor Bellisario Cristaldi es nombrado Cardenal in pectore. A mediados de Octubre: S. Gaspar recibe permiso para concluir su actividad misionera. 25 de Octubre: S. Gaspar vuelve a San Félix, en Giano (Umbria).
◙ 1827. Predica misiones y ejercicios espirituales. Apertura de casa de misión en Pievetorina. 11 de Febrero: El padre Carboneri llega a Ancona, de vuelta de sus misiones extranjeras.
◙ 1828. Febrero: Bellisario Cristaldi marcha a Nápoles por razones de salud. 4 de Febrero: Clausura de la casa de Terracina House. 16 de Febrero: Clausura de la casa de Sonnino. 20 de Marzo: Apertura de casa de estudios en Albano Laziale (Roma). 15 Diciembre: León XII nombra a Bellisario Cristaldi como Cardenal. Diciembre: El Cardenal Cristaldi renuncia como Tesorero General (puesto que coupaba desde el 6 de Junio de 1820) y le reemplaza el obispo Mario Mattei.
◙ 1829. 10 de Febrero: muere León XII. 13 de Marzo: es elegido Pío VIII. Abril: Pío VIII suspende el pago de subsidos para el gobierno de las casas en las provincias de Marittima y Campagna. 3 de Junio: El Papa revoca la suspensión del susbidio. Septiembre: Gaspar abre la casa de estudios en Benevento y marcha a Nápoles para discutir la fundación de una casa allí.
◙ 1830. 30 de Noviembre : muere Pío VIII. S. Gaspar continúa predicando en numerosas misiones.
◙ 1831. 2 de Febrero: Elección del Papa Gregorio XVI. 25 de Febrero: muere el Cardenal Bellisario Cristaldi. 31 de Octubre: muere Antonio del Bufalo, padre de S. Gaspar, en Roma. 16 de Noviembre: Apertura de la casa de misión en Nepi.
◙ 1832. 28 de Mayo: Apertura de la casa en Macerata Feltria (Pesaro). 29 Deciembre: Apertura de casa en Cesena (Forli)
◙ 1833. 20 de Abril: Reapertura de la casa en Sonenno (Latena). 25 de Octubre: Apertura de casa de misión de Pennabilli (Pe-saro).
◙ 1834. 4 Marzo: María de Mattias inicia el Instituto de las Adoratrices de la Sangre de Cristo en Acuto (Frosenone). 2 de Junio: inauguración de la nueva casa de misión en Vallecorsa (Frosenone).
◙ 1835. Junio: Presentación de un documento descriptivo sobre la Congregación al Papa Gregorio XVI mediante la mediación del Cardenal Fransoni. Septiembre-Octubre: Revision del Método y las Directrices de la Congregación en Albano. Durante estos dos años (1834-1835) S. Gaspar predicó aproximadamente nueve retiros espirituales, dos misiones populares, un mes mariano, un mes de la Preciosa Sangre y dedicó mucha energía a la visita de las casas de misión (había unas 17 casas).
◙ 1836. Agosto: el cólera ya presente en Italia, llega a Ancona. Final de Diciembre: Durante la misión en Nepi se pone enfermo.
◙ 1837. Agosto: El cólera irrumpe en la ciudad de Roma. Predica las “40 Horas” en la nueva iglesia en Roma. 15 de Octubre: preside la acción de gracias por el fin de la cólera en Roma. Octubre: Regresa a Albano para su recuperación, por orden médica. 4 de Diciembre: Gaspar regresa a Roma. 28 de Diciembre: Gaspar muere en Roma, después de una vida al servicio del Evangelio y de la Iglesia a través sobre todo de las misiones populares.
◙ 1954: canonización en S. Pedro.


Acontecimientos singulares

◙ En Roma dio una atención especial a los comerciantes que venían del campo a la ciudad y fundó la Confradía de la Preciosa Sangre.
◙ Salvó Sonneno, conocida por ser tierra de ladrones, de ser destruida.
◙ Dijo un día: “Por Cristo hay que hacer mucho, deprisa y bien”. En las misiones populares que predicaba le acompañaba un gran crucifijo.
◙ Juan XXIII definió a S. Gaspar como “el verdadero y mayor apóstol de la devoción a la Preciosa Sangre en el mundo”; su máxima era: “hablar poco, hablar bien, hablar en el momento oportuno”.

(fuente: preciosasangre.wordpress.com)

otros santos 28 de diciembre:

- Santos Inocentes
- Beato Gregorio (Hryhorij) Khomysyn

domingo, 27 de diciembre de 2015

27 de diciembre: Santa Fabiola

Distinguida matrona romana; murió el 27 de diciembre de 399 ó 400. Ella fue una del grupo de mujeres nobles romanas que, bajo la influencia de San Jerónimo, dejaron todos los placeres terrenales y se dedicaron a la práctica del ascetismo cristiano y a las obras de caridad.

En el tiempo de la estancia de San Jerónimo en Roma (382-84), Fabiola no era miembro del círculo ascético que se reunía en torno a él. No fue hasta una fecha posterior que, a raíz de la muerte de su segundo cónyuge, tomó el paso decisivo de entrar a una vida de renuncia y trabajo para los demás.

Fabiola pertenecía a la familia patricia romana de los Fabia. Estuvo casada con un hombre tan vicioso que resultaba imposible vivir con él. Obtuvo el divorcio de él de acuerdo al derecho romano, y, en contra de las ordenanzas de la Iglesia, entró a una segunda unión antes de la primera de su primer marido. El día antes de Pascua, luego de la muerte de su segundo marido, se apareció ante las puertas de la Basílica de Letrán, vestida con una túnica penitencial, e hizo penitencia pública por su pecado, un acto que causó gran impresión a la población cristiana de Roma. El Papa la recibió formalmente de nuevo a la completa comunión con la Iglesia.

Fabiola renunció a todo lo que el mundo tenía para ofrecerle, y dedicó sus inmensas riquezas a las necesidades de los pobres y enfermos. Construyó un gran hospital en Roma, y atendía a los pacientes ella misma, sin siquiera esquivar a aquellos afligidos con heridas y llagas repulsivas. Además de esto, daba grandes sumas a las iglesias y a las comunidades religiosas en Roma, y en otros lugares en Italia. Todos sus intereses se centraban en las necesidades de la Iglesia y el cuidado de los pobres y de los que sufren. En el 395, fue a Belén, donde vivió en el hospicio del convento dirigido por Paula y, bajo la dirección de San Jerónimo, se dedicó con el mayor celo al estudio y la contemplación de las Escrituras y a los ejercicios ascéticos.

Una incursión de los hunos en las provincias orientales del imperio, y una disputa que estalló entre San Jerónimo y el obispo Juan de Jerusalén, respecto a las enseñanzas de Orígenes, le hicieron desagradable su estancia en Belén y regresó a Roma. Sin embargo, se mantuvo en correspondencia con San Jerónimo, quien, a petición de ella, escribió un tratado sobre el sacerdocio de Aarón y las vestimentas sacerdotales. En Roma, Fabiola se unió con el ex senador Pammaquio para llevar a cabo grandes obras de caridad; juntos construyeron en Porto un gran hospicio para los peregrinos que venían a Roma. Fabiola también continuó con sus obras personales usuales en ayuda de los pobres y enfermos hasta su muerte. Su funeral fue una maravillosa manifestación de gratitud y veneración con la que fue recompensada por el pueblo romano. San Jerónimo escribió una memoria laudatoria de Fabiola en una carta a su pariente Océano.

Fuente: Kirsch, Johann Peter. "St. Fabiola."
The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 11 Jul. 2012 .
Traducido por Alonso Teullet. rc 
(fuente: ec.aciprensa.com)

otros santos 27 de diciembre:

- San Juan Apóstol 
- Beata Sara Salkaházi

sábado, 26 de diciembre de 2015

26 de diciembre: Santa Vicenta María López y Vicuña

Nació en 1847 en Cascante (Navarra) y la llamaron Vicenta María. A los diez años su padre ambicionó para ella una exquisita educación, mientras que su madre anhelaba formarla para santa. De ambas tareas se ocuparon en Madrid sus tíos maternos, Manuel María y María Eulalia Vicuña.

Los tíos dirigían una obra benéfica puesta en pie por ellos mismos para dar acogida y formación al mayor número posible de las mujeres jóvenes que llegaban a Madrid en busca de un trabajo remunerado y se colocaban como sirvientas.

Diez años tenía Vicenta María cuando llegó a Madrid y se puso bajo la dirección espiritual de los jesuitas. Al abrigo de la espiritualidad ignaciana y de aquella obra benéfica que dirigía su tía con la ayuda de un grupo de señoras, pasaron los años de la educación y la adolescencia de Vicenta María.

Al llegar a la juventud sintió que en su corazón latía con fuerza el ansia de la mayor gloria de Dios, y que esta reclamaba de ella la consolidación y continuidad de la obra iniciada por sus tíos.

La oposición de sus padres, la situación político social adversa, el desprestigio generalizado del servicio doméstico, la falta de recursos económicos, el reducido número de personas dispuestas a colaborar en la empresa, la quiebra de sus salud y otras dificultades que fueron apareciendo no consiguieron distraer su atención de la entrega total de sí misma a Dios en el servicio a las jóvenes.

Con el oído en el Corazón de Jesús y la mano en el pulso del mundo, confirmó su vocación en unos Ejercicios Espirituales. El 11 de junio de 1876 se convirtió en fundadora de la Congregación de Religiosas de María Inmaculada, que consolidó en poco más de catorce años de vida religiosa con el fin de «procurar con todo empeño posible la santificación y perfección propia, y con el mismo la santificación y provecho de las jóvenes dedicadas al servicio doméstico».

En enero de 1879 se manifestaron los primeros síntomas de la tuberculosis. Con algunas visitas al balneario de Panticosa (Huesca) o a la fuente de aguas sulfurosas de El Molar (Madrid) intentaron en vano paliar la enfermedad. Vicenta María intentó burlar el mal en cuanto pudo y no se dio tregua para dejar consolidados los colegios de Madrid, Zaragoza, Sevilla, Barcelona y Burgos.

En Madrid, el 26 de diciembre de 1890, aceptó la muerte con la misma santidad sencilla y heroica que había vivido durante los 43 años que pasó sobre esta tierra.

El Papa Pablo VI la elevó al supremo honor de los altares el 25 de mayo de 1975, en la solemnidad de la Santísima Trinidad y fijó su fiesta litúrgica en esa misma fecha.

(fuente: www.espiritualidadignaciana.org)

otros santos 26 de diciembre:

- San Nicodemo, el Consagrado
San Esteban

viernes, 25 de diciembre de 2015

25 de diciembre: Beato Jacopone da Todi

Nació en Todi, Umbría, en el seno de la noble familia de los Benedetti. Estudiante de Derecho en Bolonia, abogado excelente y estimado. Tenía 40 años y era rico y respetado, cuando se casó (c. 1267), por amor, con la joven y bellísima Vanna di Guidone, con la que vivió solamente un año. Durante un baile, después de una fiesta nupcial, el palco se cayó, y Vanna murió por las heridas. Sobre el cuerpo de la mujer amada, descubrió un áspero cilicio, aquella muerte, aquel descubrimiento, lo cambiaron.

Donó todo lo que tenía a los pobres y vivió como una bestia. Quiso ser objeto de risa y de desprecio del mundo. Se comportó como un loco, y loco fue juzgado y creído; pero de aquella locura nació un nuevo amor por Cristo y los hombres. Durante diez años llevó esa existencia de penitente público.

En 1278, vencidos algunos naturales escrúpulos por parte de los frailes, Iacopone fue admitido entre los franciscanos de San Fortunato, en Todi, como hermano lego. Se afirma que eligió aquel estado por humildad. Tal vez haya sido así, pero no hay duda de que Iacopone se sentía inclinado a pertenecer al grupo más estricto de los franciscanos, el de los espirituales, quienes consideraban que san Francisco había deseado que sus frailes se ordenasen para el sacerdocio sólo por excepción. Durante doce años, permaneció el hermano Iacopone en el convento de Todi y, a medida que recuperaba el equilibrio de sus facultades mentales, producía más y más poemas líricos y cantos, cada vez de mejor calidad, en el dialecto de Umbría.

Sus composiciones alcanzaron popularidad. Eran alabanzas de profundo contenido religioso y místico que llegaron a ser adoptadas por los "flagelantes" y otras cofradías penitenciales para cantarlas en público. Las composiciones se prestaban para expresar jubilus franciscano, pero el hermano Iacopone era cándido y poco dado al exhibicionismo y a la hilaridad. Sin embargo, con frecuencia se veía envuelto en dificultades con sus hermanos en el convento de San Fortunato y, tal vez por eso, se convirtió en una figura cada vez más notable entre los espirituales. Los beatos Conrado de Offida y Pedro de Treia eran sus amigos personales. Iacopone se encontraba entre los frailes que, en 1294, solicitaron al Papa san Celestino V el permiso de vivir a parte de la comunidad, pero a las pocas semanas de recibida la petición, Celestino renunció y el cardenal Gaetani, opositor de los espirituales, fue el pontífice Bonifacio VIII.

En 1297, se produjo la ruptura entre el Papa y los cardenales Colonna, y Iacopone fue uno de los tres franciscanos que colaboraron en la redacción del manifiesto donde se afirmaba que Bonifacio VIII había sido electo en forma ilegítima. Desde entonces, el hermano Iacopone se convirtió en el propagandista literario de los cardenales Colonna y escribió un famoso y rudo ataque al Papa. Podemos decir que Iaccopone se opuso al Papa con toda buena fe. Sin contar a los partidaristas, había gran número de gentes que participaban de la idea de que la abdicación de san Celestino V había ido contra los cánones. Cuando las fuerzas del Papa se adueñaron de Palestrina, la fortaleza de los Colonna, el hermano Jacopone fue excomulgado, aprehendido y encarcelado en un horrible calabozo durante cinco años. Ni siquiera en el año jubilar de 1300 se le concedió la libertad. Durante sus años de cárcel, compuso algunos de sus más hermosos poemas, así como varias de sus obras más agresivas, satíricas y agudas, en curioso contraste con la unción conmovedora de las primeras.

A Iacopone se le conoce también mucho como el supuesto autor del famoso himno “Stabat Mater dolorosa”, pero no hay certidumbre de que él lo haya escrito. También se le acredita la composición de otro himno menos conocido, que algunos críticos califican de parodia, titulado “Stabat Mater speciosa”.

A la muerte de Bonifacio VIII, a fines de 1303, el hermano Iacopone quedó en libertad y se le levantó la excomunión y se fue a vivir primero, como ermitaño, cerca de Orvieto y, después, a un convento de Clarisas Pobres, en Collazzone, entre Todi y Perugia. Ahí murió. El beato Juan de Alvernia le administró los últimos sacramentos, y se han hecho relatos conmovedores pero contradictorios sobre sus últimos momentos. En 1433, se trasladaron sus reliquias a la iglesia de San Fortunato en Todi. Su festividad la celebran los franciscanos.

(fuente: hagiopedia.blogspot.com.ar)

otrossantos 25 de diciembre:

jueves, 24 de diciembre de 2015

24 de diciembre: San Gregorio de Spoleto

Presbítero que murió mártir en la persecución de Diocleciano a comienzos del siglo IV.

En su historia interviene un personaje llamado Flaco que es el encargado por el gobierno de Roma para poner orden en el Imperio en lo que concierne a la unidad de religión fundamento del orden social. Ha pensado en su estrategia contra los rebeldes e inconformistas de cuya existencia en su territorio está bien informado: multiplicará los dioses y obligará a prestarles adoración. Quienes no acaten la orden con fidelidad serán aniquilados.

En la península itálica, en la Umbria, concretamente en Spoleto, hay un hombre llamado Gregorio, se ocupa en hacer el bien a los demás, está interesado en poner remedio a las necesidades económicas de los más pobres y de hecho las remedia en la medida que puede, da consuelo a los tristes e incluso quema el tiempo animando cuando alguien está desalentado. Es pacífico y en su vida se advierte la rectitud. Todos lo tienen por hombre religioso. Incluso a los que quieren les descubre poco a poco los misterios de Dios y, lo que es más llamativo aún, algunos le siguen porque tanto su enseñanza como el estilo de su vida tienen un atractivo poco común. Sí, hay un no-sé-qué atrayente por su nobleza y altura de miras.

Pero por lo que se ve que no agrada a todos. No quiere sacrificar a los dioses. Tiene ideas distintas. Él no se acomoda a lo establecido. Es acusado de "ser rebelde a los dioses". Afirma que sólo un Dios merece adoración y tan testarudo se muestra en su convicción que, a pesar de las amenazas y vejaciones, está dispuesto incluso a morir. De hecho así terminó su vida en el año 303.

Desobediente. Inadaptado. Reaccionario. Indócil. Rebelde. Indisciplinado. Agitador. Inconformista. Independiente. Parece que todos estos calificativos tienen un contenido negativo. Pero, claro... hay que saber contra qué o contra quien. Porque —a la postre y para ser justos en el juicio— todo depende de a qué lado quede la verdad. Quizá resulte que hay que cambiar el esquema y se deban proponer para premios Nobel precisamente a los que no se acomoden a los croquis de la sociedad y vayan contra el "status".

No siempre "ser como los demás" es signo de "estar en la verdad".

A que la verdad no depende del poder, de la fuerza física, política o militar. ¡A que no!

(fuente: archimadrid.es)

otros santos 24 de diciembre:

- Santa Paula Isabel Cerioli
- Santa Irma

miércoles, 23 de diciembre de 2015

23 de diciembre: Santa Maria Margarita de Youville

«En su desdichada vida personal, con un matrimonio difícil y la pérdida de casi toda su prole, esta fundadora canadiense, primera canonizada, que sufrió también como religiosa, halló la paz y la fecundidad en brazos del Padre»

Tomando nuevo rumbo, en 1722 se casó con François d´Youville, que por todo equipaje aportaba al nuevo hogar un compendio de desdichas. Díscolo, traficante de pieles y de alcohol, droga que ponía al alcance de los indios, con su indiferencia por la familia que había formado y sus largas y frecuentes ausencias, aún hacía más difícil la convivencia con esa madre intransigente que también había llevado consigo. François había derrochado los bienes y las dificultades económicas perseguían a todos. La desolación fue acentuándose con la pérdida progresiva de los hijos nacidos en el matrimonio. De seis, solamente sobrevivieron dos, dándose la circunstancia de que a éstos Dios Padre les concedió la gracia del sacerdocio, y a su madre infinito consuelo. François murió en 1730, después de una súbita enfermedad, siendo asistido por Margarita en todo momento, que vertió en él su cariño. El sexto hijo, del que se hallaba encinta en esos momentos, nació después de quedarse viuda, pero Dios se lo llevó con Él. La santa, tras ocho difíciles años de matrimonio, quedaba al frente del hogar sosteniendo a los pequeños con admirable fortaleza convencida de que Dios Padre jamás abandona a sus hijos.

Cuando los dos varones que habían sobrevivido fueron ordenados sacerdotes en 1737, emprendió el que iba a ser su definitivo camino: la fundación de un nuevo movimiento eclesial. Su director espiritual, el P. Lescöat, se lo había anunciado al enviudar: «Consuélese, señora; Dios le destina para una gran obra, y llegará a levantar una casa en decadencia». Sin dilación el último día de ese año de 1737 lo selló con su consagración. A partir de entonces los desfavorecidos serían su único objetivo. Esta determinación, compartida con otras mujeres, no fue acogida por la sociedad y las murmuraciones y maledicencias se añadían al amargo cáliz que había marcado su acontecer. La lacra del vicioso marido, aunque ya había muerto, seguía salpicándola a ella y a la comunidad, sembrando las dudas en los vecinos que, sin atender a los gestos de virtud que desplegaban por doquier, aceradamente las hacían objeto de sus críticas. Es más, fueron apedreadas, acusadas de alcohólicas, y hasta se pidió exilio para Margarita. Dijeron que la lesión de una rodilla era un «justo castigo del cielo». El juicio, malsano y erróneo, se emitía con la simpleza de quien ignora que Dios Padre no actúa con tales parámetros con ninguno de sus hijos haga lo que haga, y no se podía atribuir a la santa un comportamiento negativo ya que obró con admirable y heroica caridad en todo momento.

En penosas condiciones físicas y económicas, constantemente probada, cuando murió una de sus colaboradoras y pilares de la obra que ponían en marcha, actuó con visible fortaleza. En 1747 le encomendaron la gestión del Hospital de los Hermanos Charon, labor difícil porque estaba en penosas condiciones. Pero lo levantó haciendo de él un cálido hogar para los desvalidos. El P. Normant, que había sustituido en la dirección espiritual de la santa al P. Lescöat, cuando éste falleció, corroboró que no se había equivocado al animarle a poner en marcha esta ardua empresa. Al tiempo, surgía la fundación de Margarita: las Hermanas de la Caridad de Montreal que dieron lo mejor de sí a los enfermos incurables y afectados por graves lesiones, así como ancianos, niños, indigentes, soldados, etc. En 1751 defendió con valentía este centro ante autoridades civiles y eclesiásticas cuando quisieron convertirlo en sede de las religiosas de Quebec. Entonces el pueblo, que antes la había maltratado a ella y a la comunidad, salió en defensa de las religiosas reconociendo su excepcional labor.

Libre de las deudas que había heredado al hacerse cargo del hospital, y en un momento en el que todo parecía ir por buen camino, un nuevo reto se presentó ante la comunidad cuando aquél fue pasto de las llamas en 1765. Margarita sabía que Dios Padre jamás la abandonaba, y se gozó espiritualmente en ese nuevo contratiempo recitando con las hermanas el «Te Deum». Luego vaticinó: «Tranquilizaos, la casa ya no arderá más». A los 64 años puso en pie nuevamente el hospital. En esta misión había involucrado a madres e hijas del lugar. Murió el 23 de diciembre de 1771. Fue beatificada por Juan XXIII el 3 de mayo de 1959, y Juan Pablo II la canonizó el 9 de diciembre de 1990.

(fuente: zenit.org)

otros santos 23 de diciembre:

- San Juan de Olmillos

martes, 22 de diciembre de 2015

22 de diciembre: Santos Queremón de Nilópolis y compañeros martires

†: c. 250 - país: Egipto
canonización: pre-congregación

Conmemoración de los santos Queremón, obispo de Nilópolis, y otros muchos mártires en Egipto, que durante la persecución bajo el emperador Decio, parte de ellos, dándose a la fuga, erraron por lugares solitarios y sucumbieron, algunos, ante las fieras, otros, consumidos por el hambre, el frío y la enfermedad, y el resto, finalmente, exterminados por los bárbaros y los ladrones, y así todos, con muerte distinta, fueron coronados con la gloria del martirio.

San Dionisio de Alejandría, casi contemporáneo de los hechos (aunque no murió mártir, padeció bajo la misma persecución de Decio), en una larga carta a Fabio, obispo de Antioquía, la llamada «Epístola III», le cuenta diversas historias martiriales, que dan sobrado ejemplo de esta difícil etapa de nuestra fe. En el número 9 de esta carta dice lo siguiente:

Por otra parte, otros en grandes cantidades fueron desgarrados por los paganos a través de ciudades y pueblos. De uno de estos voy a dar alguna mayor explicación, como ejemplo: Isquirión servía a un magistrado gentil en cuestiones de administración. Su patrón le ordenó ofrecer un sacrificio a los dioses, y tras su negativa a hacerlo, lo insultó gravemente. Y como persistió en su negativa, lo injurió aun más; y como aun se mantuviera firme, tomó un palo enorme y lo empujó atravesando sus vísceras y corazón, y lo mató.

¿Mencionaré la multitud de los que debieron vagar en los desiertos y por las montañas, y que fueron cercenados por el hambre y la sed, el frío y la enfermedad, los ladrones y las bestias salvajes? Los sobrevivientes de todo esto son testigos de su elección y su victoria. Una circunstancia, sin embargo, voy a añaddir como ilustración de estos hechos: hubo una persona de edad muy avanzada, de nombre Queremón, obispo del lugar llamado «Ciudad del Nilo» [hoy Dalas en Beni Suef, Egipto. NdT]. Huyó junto con un compañero a las montaña de Arabia, y nunca regresó. Los hermanos no pudieron descubrir nada de ellos, aunque hicieron búsquedas frecuentes; y no sólo no pudieron encontrar a estos hombres, sino tampoco sus cuerpos. Muchos también fueron llevados como esclavos por los bárbaros Sarracenos de las mismas montañas árabes. Algunos de ellos fueron rescatados con dificultad, y sólo mediante el pago de una gran suma de dinero, otros no han sido rescatados hasta hoy.

Y estos hechos los he contado, hermano, no por otro propósito, sino para que sepas cuántos y cuán terribles son los males que han caído sobre nosotros, que los problemas también se entienden mejor si se los ve en aquellos que han tenido más experiencia.

Ésta es la única mención antigua que tenemos a los santos mártires celebrados hoy, pero bien puede verse que la imposibilidad de conocer sus nombres y su número exacto no impide que deban ser legítimamente honrados por la Iglesia e invocados por todos nosotros, como aquellos que, en su anonimato, cumplieron hasta el fin el mandato de Cristo de morir para tener vida, y gozan ahora, en el cielo, de un nombre nuevo mucho más excelente que el que en este mundo se nos ha perdido.

El texto de la carta es traducción del inglés de la colección de «Epístolas y fragmentos de epístolas de san Dionisio», en New Advent. La referencia a san Dionisio como fuente inmediata de estos mártires la obtuve de Butler, aunque no seguí su texto, que no incluye la carta. La imagen utilizada es genérica. Aunque el Martirologio tiene entradas distintas para Isquirión y para Queremón, me pareció preferible una hagiografía de conjunto, ya que forman parte de la misma presentación en la carta de Dionisio.

escrito por Abel Della Costa
(fuente: www.eltestigofiel.org)

otros santos 22 de diciembre:

- Santa Francisca Javier Cabrini

lunes, 21 de diciembre de 2015

21 de diciembre: San Temístocles de Licia

mártir
†: c. 250 - país: Turquía
canonización: pre-congregación

En Licia, san Temístocles, mártir, el cual, según se cuenta, en tiempo del emperador Decio se ofreció en lugar de san Dióscoro, que era buscado para ser ajusticiado, y tras haber sido torturado en el potro, arrastrado y apaleado, alcanzó la corona del martirio.

La «Passio» del santo se conserva en griego y hasta ahora está inédita, conocemos el martirio sólo a través de las noticias que le dedican los sinaxarios (santorales) bizantinos el 21 de diciembre.

Temístocles era un nativo de Mira, en Licia, en época del emperador Decio (249-251). Se había desatado la persecución contra los cristianos y el prefecto o gobernador de la provincia, en ejecución de los decretos imperiales, hizo buscar al notorio cristiano Dioscórides, que estaba escondido en una montaña, cerca del lugar donde Temístocles, que era pastor, llevaba sus ovejas. Los enviados del gobernador, encontrándolo, lo interrogaron sobre el prófugo, pero se negó a denunciarlo y él mismo inesperadamente se declaró cristiano. Detenido, fue llevado de inmediato a la presencia del gobernador Asclepio, que lo interrogó y que al confirmar su fe lo condenó a muerte, lo que ocurrió después de mucho tormento. El culto de Temístocles parece que no había pasado las fronteras de la iglesia bizantina, por lo que en la creación del Martirologio Romano por el Card. César Baronio, en 1588-1607, no fue incluido. Pero sí se agregó luego, y lo está en el actual.

Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli. 
(fuentes: Santi e Beati; eltestigofiel.org)

otros santos 21 de diciembre:

- San Pedro Canisio
- Beato Domingo Spadafora

domingo, 20 de diciembre de 2015

20 de diciembre: Beato Miguel Piaszczynski

presbítero y mártir
n.: 1885 - †: 1940 - país: Alemania
canonización: B: Juan Pablo II 13 jun 1999
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

En el campo de concentración de Sachsenhuse, en Alemania, beato Miguel Piaszczynski, presbítero y mártir, que, polaco de orígen, fue encarcelado en el extranjero a causa de la fe y, soportados los tormentos, pasó a la gloria celeste.

Este sacerdote polaco había nacido en Lomza el 1 de noviembre de 1885. Estudió en Sejny y Petersburgo y se ordenó sacerdote el 13 de junio de 1911. Prosiguió sus estudios en Friburgo (Suiza) y se doctoró en Filosofía. Ejerció el cargo de capellán de los mineros polacos en Francia y luego, al volver a su diócesis, se le encargó de la dirección del Instituto Piotr Skarga. En 1925 se produjo la reorganización de la diócesis de Sejny y se le dio como capital la ciudad de Lomaza. Tuvo varios cargos en el seminario diocesano y fue canónigo de la catedral. Luego, empezada ya la guerra, estuvo como director del Instituto de San Casimiro, de Sejny. Allí fue arrestado el 7 de abril de 1940, y enviado al campo de concentración de Dzialdowo; de él pasó al de Sachsenhausen, donde tuvo lugar su muerte, el 20 de diciembre de 1940, de hambre y miseria. Fue beatificado el 13 de junio de 1999.

(fuente: www.eltestigofiel.org)

otros santos 20 de diciembre:

- Santo Domingo de Silos
- Beata Josafata Hordashevska

sábado, 19 de diciembre de 2015

19 de diciembre: San Bernardo de Taramo

Etimológicamente significa “fuerte como el oso”. Viene de la lengua alemana.

Hijo de condes poderosos en tierras y buenos en santidad, tuvo una hermana, santa Paloma y un hermano llamado Rinaldo.

Cerca del castillo de los padres había una abadía benedictina. Y fue en ella en donde le vino la vocación a Berardo.

Una vez que se ordenó de sacerdote, soñaba aún más por lograr la perfección.

Por eso le pidió a sus superiores que lo enviaran al monasterio de san Juan. En él, parece ser, había un mayor recogimiento.

Al final del 1115, murió el obispo de la diócesis. Todo el mundo pensó que el digno sucesor era Bernardo.

Y, desde luego, no se equivocaron lo más mínimo.

Como obispo se caracterizó por su celo pastoral, su amor a la reforma, un príncipe feudal honrado y prudente – cosa difícil en aquella época.

Una vez que hubo desempeñado su trabajo episcopal con suma sencillez, una profunda piedad religiosa y una caridad desbordada hacia los pobres – la clave evangélica por excelencia para medir el grado de santidad -.

Murió en el año 1123 tal día como hoy.

La Iglesia de su diócesis sigue celebrando su fiesta en este día con mucho fervor.

Se conservan dos relicarios, su cabeza y un brazo, con el que bendecía a los fieles desde la escalera de la catedral. Hoy hace el obispo exactamente igual.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“La prueba del buen predicador es que salga de su púlpito no diciendo “qué hermoso sermón”, sino “voy a hacer algo” ( San Francisco de Sales).

(fuente: catholic.net)

otros santos 19 de diciembre:

- Beato Urbano V
- San Darío 

viernes, 18 de diciembre de 2015

18 de diciembre: San Miguel Syncelle

Monje

Etimológicamente Miguel significa “ ¿quién como Dios?”.Viene de la lengua hebrea.

Era originario de Jerusalén.

Hizo sus estudios superiores, pero a los 25 años, se fue a un monasterio, al de san Sabas.

En él puso de manifiesto su gran caridad que le animaba por todos los costados de su vida a ser un monje ejemplar.

Su defensa de la caridad, de la verdad y de la penitencia lo convirtieron en una persona digna de atención para todo el que lo observaba noche y día.

Cundo se enteró el patriarca, lo llamó a su lado ara hacerlo su secretario.

Como consecuencia del proselitismo reinante entre os monjes que habían llegado de Jerusalén,, le enviaron a Roma con el fin de que mantuviera la unidad de la fe común tanto a Oriente como a Occidente, amenazada por el excesivo número de monjes latinos.

Se volvió a Constantinopla, pero esta vez fue arrestado por el emperador.

Era el emperador iconoclasta León I, el Armenio.

Lo tuvo encerrado durante siete años en un calabozo sin luz, con los pies atados. Fue liberado a la muerte del emperador. Cuando se sintió libre, se fue a su monasterio de Chora (actualmente Kahrié-Djami), en donde terminó sus días en el año 846.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

(fuente: catholic.net)

otros santos 18 de diciembre:

- Beata Julia Nemesia Valle
- San Modesto

jueves, 17 de diciembre de 2015

17 de diciembre: Santa Yolanda


Etimológicamente significa “de color violáceo”. Viene de la lengua griega y latina.

Hoy es uno de los nombres que más se ponen a las chicas. Quizá porque ha salido en alguna serie televisiva o en varias películas. Sí, porque en nuestros días se pone el nombre, en parte por el de los padres o abuelos, en parte por los nombres de la serie y, finalmente, por el santo del día.

Pero, por supuesto, los padres no tienen ni idea de quién fue esta joven francesa santa.

Pues resulta que era hija de Margarita de Courtenay. Nunca quiso aceptar el rango social al que pertenecía por nacimiento o por herencia. Era una chica coherente con sus principios cristianos vividos y asimilados al cien por cien.

Cosa nada fácil cuando lo que prima es el confort, el lujo y la “pasta”.

A raíz de que hizo un viaje a Luxemburgo, le entraron ganas de entrar en un monasterio regentado por las monjas dominicas.

Lo hizo, sin embargo, en contra de los deseos y de las ilusiones que su madre había puesto en ella para su futuro.

Todo el afán de su madre era sacarla o arrancarla de la iglesia para que viviera las fiestas mundanas que, aunque estén bien, no le llenaban sus anhelos de perfección.

Un día se cansó de su madre y se escapó de casa para encerrarse en una cueva para que nadie la viera.

Estando sola, pensó cómo se encontraría su madre y su mundo social de relaciones humanas.

La madre, que estuvo a la búsqueda de su hija, al encontrarla, le rogó que volviese a casa, aunque mantuviera su decisión de hacerse monja.

Su madre, al darse cuenta de la voluntad de su hija, aceptó que se fuera al monasterio de Marienthal. Pronto, debido a sus cualidades, la eligieron superiora. Durante 25 años fue modelo para toda la comunidad. Murió en el año 1283.

¡Felicidades a las Yolandas!

(fuente: catholic.net)

otros santos 17 de diciembre:

- San José Manyanet y Vives
- San Lázaro

miércoles, 16 de diciembre de 2015

16 de diciembre: Beato Honorato de Biala

Wenceslao Kozminski nació el 16 de octubre de 1829, hijo de Esteban y Alejandra Kahl, en Biala Podlaska, en Polonia. De su familia, ferviente en la fe, recibió una sólida educación católica que acrecentó poco a poco durante el curso de los estudios que culminaron con la láurea en arquitectura.

Superada una crisis de fe que lo llevó al ateísmo, se fue madurando en él, gradual pero decididamente, la vocación sacerdotal que lo indujo a dejar la casa paterna para entrar en el noviciado de los Capuchinos, en Lubartow. Después de haber profundizado en Lublin el estudio de la filosofía y de la teología se trasladó a Varsovia, donde el 27 de diciembre de 1855 fue ordenado sacerdote con el nombre de padre Honorato de Biala.

En Varsovia inició de inmediato el ministerio de la predicación y el de la dirección espiritual, tuvo diversos cargos dentro de la Orden y al mismo tiempo se hizo presente en las escuelas, en los colegios, en los pensionados femeninos para las lecciones de religión. En especial se hizo cargo de la Asociación del santo Rosario y de la Tercera Orden Franciscana. Pero el principal carisma de Honorato se ve sobre todo en la fundación de asociaciones y congregaciones religiosas; de 1874 a 1896 fueron más de veinte las congregaciones fundadas por él.

Al mismo tiempo, en calidad de comisario general de la Provincia capuchina, desarrolló una intensa actividad ministerial a menudo contraviniendo las leyes zaristas de persecución contra numerosos conventos. Aún hoy es impresionante la enorme cantidad de trabajo apostólico realizado por Honorato, a pesar de las restricciones impuestas por el régimen. Valiéndose del confesionario y la correspondencia, fundó 26 asociaciones religiosas, de las cuales surgieron numerosas Congregaciones. Hoy existen 16, de ellas 3 con hábito religioso y 14 sin él, 2 masculinas y 12 femeninas; puede considerarse precursor de los institutos seculares. De esta manera contribuyó grandemente a la supervivencia de la fe en Polonia. Además de ser renombrado predicador e iluminado director espiritual, fue un escritor fecundísimo para hacer conocer a la gente el amor de Dios, como escribió en su Manual Espiritual.

Fue verdaderamente hijo de San Francisco en la forma de ver y vivir el amor de Dios en Cristo y en el sentir y vivir el ministerio de la Iglesia. En 1906 organizó una peregrinación nacional al santuario mariano de Czestochowa, en la cual participaron más de medio millón de personas.

En 1908, después de la reorganización de sus Congregaciones decidida por la conferencia episcopal, fue removido de la dirección general de las mismas, y él se atuvo dócilmente a los mandatos de las autoridades superiores, reservándose sólo la dirección espiritual, de sacerdote y de confesor.

El 16 de diciembre de 1916, a la venerable edad de 87 años, Honorato Kozminski moría. En el testamento había expresado el deseo de ocultarse «en las Llagas de Jesús», y de «entregar el alma al Creador con la misma disposición con que Él entregó su espíritu en las manos de su Padre».

[Ferrini-Ramírez, Santos franciscanos para cada día. Asís, Ed. Porziuncola, 2000, pp. 408-409]


De la homilía de Juan Pablo II en la misa de beatificación
(16-X-1988)

He aquí a aquel a quien el Señor ha dado su gracia (cf. Sal resp.): religioso entregado con magnanimidad y generosidad a su ideal de hermano menor capuchino. Verdadero hijo espiritual de San Francisco. Sacerdote y apóstol. Asiduo ministro del sacramento del perdón y de la reconciliación, su heroico servicio en el confesonario fue una verdadera dirección espiritual. Tuvo un profundo don de saber descubrir y mostrar los caminos de la vocación divina. Era hombre de continua oración, especialmente de la adoración del Santísimo Sacramento; inmerso en Dios y al mismo tiempo abierto a la realidad terrena. Un testigo ocular dijo de él que «caminaba siempre con Dios».

Vivió, como es sabido, en tiempos difíciles: tiempos difíciles para la patria y para la Iglesia. Polonia había sido dividida. En el llamado Reino de Polonia había sido proclamado, después de la insurrección de enero, el estado de guerra. Se habían suprimido todas las Ordenes religiosas, y habían quedado sólo algunos monasterios, condenados prácticamente a la muerte, porque los noviciados habían sido cerrados. En todos los campos de la vida escolástica gravaba el terror policial. Fue entonces cuando nuestro Beato formuló el principio que se convirtió en la inspiración para su actividad apostólica: «El "estado" de los religiosos y de las religiosas es una institución divina, por tanto no puede desaparecer, porque sin él el Evangelio no se realizaría, por lo cual puede y debe cambiar sólo de forma» (Noticias sobre las nuevas congregaciones religiosas, Kraków 1980, pág. 45).

Buscaba a personalidades eminentes y compartía con ellas su solicitud por la suerte de la patria, de la iglesia y de los institutos religiosos en Polonia.

Cuán elocuente es su confidencia: «Hay que orar fervientemente, el Señor quiere algo de mí... cada vez más a menudo vienen a mí las almas de diversos estados, instrucción, libres y piden que les indique la dirección, desean entrar en un convento, y sobre todo solicitan el permiso de hacer voto de castidad. No hay conventos. ¿Adónde y cómo guiar a estas almas? Ante todo no es lícito mandarlas al extranjero, porque son fruto de esta tierra; aquí deben permanecer, no es lícito privar a esta tierra del fruto maduro y más hermoso que ella ha dado. ¿Qué quedará aquí cuando quitemos a las almas santas, llamadas? Dios quiere algo, Él proveerá... Rogad también vosotros para que obtengamos la luz de Dios, para que Dios revele lo que quiere que hagamos por estas almas» (J. Chudzynska, Diario, págs. 10-11).

Así pensó y actuó el Beato Honorato, a quien el Señor dio su gracia y a quien impulsaba una fuerza interior. Indicaba el camino hacia la perfección que nacía de la lectura del Evangelio y de la contemplación. Animaba a permanecer en su ambiente y a imitar la vida de Jesús y María en Nazaret, a practicar los consejos evangélicos ocultamente, sin signos externos. Fue un innovador en la vida monástica y fundador de una nueva forma semejante a los actuales institutos seculares. Mediante sus hijas e hijos espirituales trataba de regenerar en la sociedad el espíritu de celo de los primeros cristianos, y llegaba a través de ellos a todos los ambientes. Todavía hoy 17 congregaciones, procedentes del círculo de su espiritualidad, trabajan en 19 países de cuatro continentes. «El que quiera ser grande -dice Cristo-, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos» (Mc 10,43-44).

El Beato Honorato decía: «Quotidie a Christo exeo, ad Christum eo et ad Christum redeo» (Cada día vengo de Cristo, voy a Cristo y regreso a Cristo).

Se abandonó a Cristo, Sabiduría encarnada, como su esclavo, según las directrices de San Luis María Grignon de Montfort. Repetía a menudo «totus tuus». Solicitaba que María fuese para él «protectora, mediadora, auxiliadora, maestra de sus predicaciones, consejera para las confesiones, garante de la castidad, consoladora, reparadora.

El sacerdote Honorato fue probado con sus sufrimientos físicos y espirituales. «Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias» (Is 53,10).

Cuando recibió la decisión de la Iglesia que le privaba de la dirección de las congregaciones y cambiaba el carácter de las mismas, escribió: «El mismo Vicario de Cristo nos ha revelado la voluntad de Dios y ejecuto esta orden con la fe más grande... Recordad, venerables hermanos y hermanas, que a vosotros se presenta la ocasión de demostrar la obediencia heroica a la Santa Iglesia» (Padre Honorato, cartas circulares a las congregaciones).

Y he aquí que, después de su íntimo tormento, vio la luz y se sació de su conocimiento, como dice el profeta Isaías (cf. Is 53,11). Hoy recibe la gloria de los altares en la Iglesia. Nos muestra cómo leer "los signos de los tiempos". Cómo perseverar, según el querer de Dios, y actuar en los tiempos difíciles. Enseña cómo resolver, de acuerdo con el espíritu del Evangelio, los problemas difíciles, y cómo remediar las necesidades humanas en el umbral del tercer milenio desde que «el Hijo del hombre... no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos» (Mc 10,45).

[L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 23-X-88]

(fuente: www.franciscanos.org)

otros santos 16 de diciembre:

- Santa Albina
- Santa Adelaida de Italia

martes, 15 de diciembre de 2015

15 de diciembre: Beato Carlos Steeb

Carlos Steeb nace el 18 de diciembre de 1773 en Wurttemberg, Alemania. Pertenece a una familia de clase distinguida y fe luterana.

A los 15 años viaja a París para estudiar, pero a raíz de la revolución de 1789 deja Francia y luego llega a Verona (1792).

Comienza para él "la vida nueva". Se encuentra en un ambiente de católicos, conoce al Padre Leonardi que lo introduce en su labor con los pobres, los abandonados y los sin trabajo.

El joven Carlos va acercándose a la iglesia católica, fascinado por el esplendor de la Verdad. A los 19 años, pese a sentir nostalgia por su familia y saber que sus padres no lo aceptarán, decide confiarse a la Virgen María y expresa su determinación de ser católico, con un acto de entrega total, a Ella, la Madre de la Misericordia. Es así que a los 23 años es consagrado sacerdote por el obispo de Verona.

Por esos años, los tiempos son muy tristes: los ejércitos y las guerras dejan por toda Europa enfermos, heridos, muertos, pobres, y desamparados. Muchos de ellos vienen amontonados desorganizadamente al Lazareto, en Verona, donde el Padre Carlos encuentra al Cristo hombre, en el hombre sufriente.

Durante 18 años el Sacerdote, con entrañas de misericordia, se dedica a ellos conjugando el verbo "inclinarse", traduciendo la actitud maternal del cariño. Pero llega también a él la enfermedad que será su cruz física, para toda la vida.

En Europa, luego de la revolución llega la restauración, que trastoca nuevamente el orden establecido y conlleva angustia y dolor.

El Padre Carlos es buscado como confesor, padre bueno, y guía espiritual.

Por sus capacidades educativas junto al conocimiento del alemán y francés, el Sacerdote Steeb llega a ser profesor en el real colegio femenino y en el seminario de la ciudad de Verona. Se brinda con dedicación y sabiduría a los jóvenes ayudándolos en la búsqueda de sus valores, potencialidades y vocación personal.

Durante años viene delineando su proyecto, su ideal: encontrar corazones de Madres espirituales, consagradas a la caridad, y halla en Luisa Poloni, su hija espiritual, la concreción del sueño. Observa en ella un espíritu de sacrificio, de servicio, de capacidad organizativa frente a las situaciones adversas. Y luego de unos años de servicio gratuito, Luisa comienza a trabajar en el asilo de la ciudad, como enfermera y hermana, llevando el aliento de la fe a todas las personas.

Hacia 1835, ya muy cansado y enfermo, el Padre Carlos propone a Luisa generar un Instituto de las Hermanas de la Misericordia.

En el año 1848, Luisa Poloni emite los votos religiosos asumiendo el nombre de Sor Vicenta María. Con ella se consagran otras doce hermanas. Muchas otras jóvenes, en el tiempo, se unirán a las primeras para experimentar y vivir la Misericordia. Juntas ejercitarán las virtudes de la humildad, simplicidad y caridad que caracterizan el espíritu de las religiosas de esta familia.

En el mismo año, en Verona, explotan el cólera, la viruela y otras epidemias. La Madre Vicenta y sus hermanas "ofrecen" su vida en el cuidado de los contagiosos. Su carisma es amar con ternura de madres a tantos desdichados, hasta dar por ellos la vida: las hermanas se sienten amados por Dios y el Espíritu Santo las lleva a hacer experimentar a los hombres este mismo amor de Dios.

La Madre Vicenta cuida también de niñas y adolescentes brindando instrucción y formando corazones abiertos al bien y a la fe.

En el mismo período la Madre Vicenta enferma. El 11 de noviembre de 1855 muere, y es al Padre Steeb a quien toca abrir las puertas del cielo a su hija espiritual.

El fundador sigue sosteniendo la formación de las hermanas en el carisma de la caridad y del servicio, y ellas permanecen junto a él, testimoniando el amor por Dios y los hermanos.

El 15 de diciembre de 1856, a los 83 años, Dios se inclina sobre él y lo leva a su casa para siempre...

La iglesia reconoció las virtudes heroicas ejercidas durante su larga vida, y proclamó Beato al Padre Steeb, el 6 de julio de 1975 en Roma. Todas sus hijas sienten que su fundador, el Beato Padre Carlos Steeb, con su espíritu sigue forjando la identidad del instituto: "SERVIR AL HOMBRE EN HUMILDAD-SIMPLICIDAD-CARIDAD POR EL SOLO AMOR A DIOS".

También de la Madre Vicenta María Poloni han sido reconocidas las virtudes heroicas por la Comisión del Vaticano, el 28 de abril de 2006. Por ello la Iglesia la define con el título de Sierva de Dios. Esperemos que pronto sea declarada Beata de la Iglesia Católica.

(fuente: carlossteeb.edu.ar)

otros santos 15 de diciembre:

- Santa María de la Rosa
- Santa Virginia Centurione Bracelli

lunes, 14 de diciembre de 2015

14 de diciembre: Beato Venancio Fortunato de Poitiers

(Venancio Honorio Clemenciano Fortunato)
Obispo y Confesor

Poeta cristiano del siglo VI, nació entre los años 530 y 540 en la Alta Italia, entre Ceneda y Treviso.

Recibió su educación literaria en Rávena, donde primero manifestó su habilidad poética con un poema que celebraba la dedicación de una iglesia a San Andrés por el obispo Vitalis. Parece haber salido de Rávena en 565, cruzó los Alpes y una parte del sur de Alemania y llegó a las riveras del Moselle en el otoño. En sus poemas se puede rastrear las etapas de su viaje, las cuales son: Maguncia, donde celebró la construcción del baptisterio e la iglesia de San Jorge (II, 11 y 12), y en donde alaba al obispo Sidonio (IX, 9); Colonia, donde aceptó la hospitalidad del obispo Carnetino (III,14); Tréveris, donde alaba al obispo Niceto (III, 11) quien había construido un castillo sobre el Moselle; Metz al que describe (III, 13). Luego hizo un viaje por el Moselle del cual da un cómico relato (IV, 8). Pero el principal evento de su viaje a Metz fue su presentación en la corte del rey Sigeberto, a donde llegó el día del matrimonio del rey con Brunilda (566), para cuya ocasión escribió un epitalamio (VI, 1). Poco después Brunilda renunció al arrianismo por el catolicismo y Fortunato ensalzó esta conversión (VI, 1a). Se ganó el favor de los cortesanos debido a sus panegíricos, sobre todo el de Gogo y el Duque Lupo, este último uno de los hombres más notorios de la época, un vestigio real, en medio de un ambiente bárbaro, de cultura y tradiciones romanas.

Fortunato pronto reanudó su viaje. Nuevos poemas pagaron la hospitalidad de los obispos de Verdún (II, 23) y Reims (III, 15); en Soissons veneró la tumba de San Medardo (II, 16), y finalmente llegó a París, donde alabó al clero por su celo al recitar el Oficio Divino (II, 9). Es un documento curioso su descripción del cántico del Oficio acompañado por una orquesta en vísperas de una fiesta. Se relacionó con el Rey Cariberto, a quien comparó con Salomón, Trajano y Fabio, y cuya elocuencia en latín alaba grandemente (VI, 2). De París se marchó a Tours, el cual probablemente fue su destino original, pues mientras estaba en Rávena fue curado milagrosamente de una enfermedad de los ojos por la intercesión de San Martín de Tours. Veneró la tumba del santo y dio gracias al obispo Eufronio (III, 3), a quien luego trató más íntimamente.

De Tours, Fortunato se fue a Poitiers, atraído, sin duda, por el renombre de Santa Radegunda y su monasterio. Esta circunstancia tuvo una influencia decisiva en el resto de su vida. Radegunda, hija del rey de Turingia, había sido tomada prisionera por el rey Clotaire I, hijo de Clodoveo, luego de la derrota de su tío, Hermanfriedo, y la conquista de su país (531). Hermanfriedo había asesinado a su padre. Se convirtió, contra su voluntad, en la esposa de Clotaire. Su hermano había sido asesinado por los francos, y ella buscó refugio con San Medardo, obispo de Vemandois (San Quintín y Soissons), quien la hizo tomar el velo, y se quedó en Poitiers. El monasterio de Poitiers era muy grande y tenía alrededor de 200 religiosas. Al principio vivieron sin una regla definida, pero cerca del año 567 Radegunda aceptó la de San Cesáreo de Arles. En ese tiempo, que fue previo a la muerte de Cariberto (568), ella mandó a consagrar como abadesa a su amada hermana adoptiva Inés. Fue por esta época que Fortunato se hizo amigo de las dos mujeres y fijó su residencia en Poitiers, donde permaneció hasta la muerte de Radegunda, el 13 de agosto de 587, e Inés, sin duda, murió poco después. La cercana amistad floreció entre ellos, y Fortunato llamaba a Radegunda su madre y a Inés su hermana. Era una de esas tiernas y castas amistades entre eclesiásticos y mujeres piadosas; similar, por ejemplo, a las relaciones entre San Jerónimo y las damas romanas, delicadas amistades reforzadas por una piedad sólida, confirmada en paz por el amor mutuo de Dios, y que no excluyen el encantador juego de niños que a menudo hace la amistad femenina. Esta coyuntura resultó en un constante intercambio de cartas en las cuales el arte y la gracia de Fortunato encontraron su expresión natural.

Era un sibarita, y del convento le enviaban leche, huevos, platillos delicados y carnes sabrosas en el arreglo artístico en que los cocineros de la antigüedad ejercían su ingenuidad. Él no se dejaba eclipsar y a su vez enviaba a sus amigos flores, en otras nueces en una canasta tejida por sus propias manos. Los pequeños poemas que los acompañaban no aparecen en las obras publicadas por Fortunato mismo; es probable que muchos de ellos se perdieran, sin habérsele dado ninguna importancia. Las circunstancias le proveyeron con asuntos más graves que necesitaban la producción de obras serias. Alrededor del año 568 Radegunda recibió del emperador Justino una partícula de la Auténtica Cruz, a la cual el monasterio se había dedicado, y se le encargó a Fortunato dar las gracias al emperador y emperatriz por su regalo. Este evento religioso le llevó a escribir una serie de poemas (II, 1-6); dos, la "Vexilla Regis Prodeunt" y el "Pange Lingua Gloriosi" (II, 6, 2), que han sido adoptados por la Iglesia. El vigoroso movimiento de estos poemas muestra que Fortunato no carecía de fuerza y seriedad. Dos de esta serie son poemas “figurados”, es decir, las letras de cada verso, organizadas con la debida regularidad, forman diseños artísticos. Fue una de las menos felices invenciones de este período de decadencia literaria.

Radegunda se mantenía en constante comunicación con Constantinopla, pues Amalafriedo, un primo que amaba mucho, se había refugiado en Oriente donde se puso al servicio del emperador. A través de Fortunato Radegunda lloró la triste suerte de su país y su familia; esta larga elegía, llena de vida y movimiento, y dirigida a Amalafriedo, es una de las mejores y más famosas obras del poeta (Ap. I). Otra elegía deplora la muerte prematura de Amalafriedo (ap. 3). La muerte de Galeswinta fue también ocasión para una de estas elegías en las que Fortunato se muestra a la vez profundo y natural. Esta princesa, hermana de Brunilda, estaba casada con Chilperico, y recientemente había sido asesinada por orden de su marido (569 ó 570). Poco antes de esto Fortunato la había visto llegar de España y pasado por Poitiers en una carroza plateada, y fue en esta ocasión que ella se ganó el corazón de Radegunda. En el recuerdo de estas cosas y en la descripción de la madre de la infeliz joven y su desgarradora despedida, logró retratar el verdadero dolor, a pesar de muchos artificios retóricos. Otros poemas escritos en Poitiers tratan sobre asuntos religiosos. Fortunato le explicó a su “hermana” Inés que su amor era completamente fraternal (XI, 6), y le dedicó 400 líneas a alabar la virginidad (VIII, 3). Al abundar en los sentimientos cristianos, desarrolló en un estilo singularmente realista los inconvenientes del matrimonio, especialmente el sufrimiento fisiológico que le impone a la mujer. Quizás es un tema académico.

También tomó parte en la vida eclesiástica, asistía a sínodos, era invitado a la consagración de las iglesias, todas cuyas ocasiones eran pretextos para hacer versos. Se relacionó especialmente con San Gregorio de Tours, quien le motivo a hacer y publicar una colección de sus versos, con Leoncio de Bordeaux, quien le envió muchas invitaciones, y con Félix de Nantes, a quien él alabó, especialmente por rectificar una corriente de agua (III, 10). Fortunato era ahora un hombre famoso y muy solicitado como invitado. Al sentirse más libre por la muerte de sus amigas, visitó la corte de Austrasia, donde fue recibido con la más alta consideración que en una ocasión anterior que había llegado de Italia pobre y desconocido. A este período corresponde su relato sobre un viaje por el Moselle, el cual está lleno de graciosos detalles (X, 10). Celebra la terminación de la basílica de Tours en 590 (X, 6), y en 591 la consagración de Platón, el nuevo obispo de Poitiers, un archidiácono de Gregorio (X, 14). Su predecesor, Maroveo, cuyo nombre bárbaro indica que era una persona inculta, había sido completamente ignorado por el romano Fortunato y sus refinados amigos. Esta fecha es la última conocida, pero poco tiempo antes de fines del siglo VI, él sucedió a Platón en la sede de Poitiers. En la lista episcopal de esa ciudad, sigue a Platón y puede haberse consagrado obispo alrededor del año 600. Ya él había muerto cuando, poco después de este tiempo, Baudonivia, una monja del monasterio de la Santa Cruz añadió un segundo libro a la Vida de Venancio escrita por Radegunda.

Los poemas de Fortunato constan de once libros. Las investigaciones de Wilhelm Meyer han establecido el hecho de que Fortunato mismo publicó sucesivamente los Libros I - VIII, alrededor de 576; el Libro IX en 584 ó 585; el Libro X después de 591. El Libro XI parece ser una colección póstuma. Afortunadamente, un manuscrito en París ha conservado algunos poemas no incluidos en los manuscritos del Libro XI. Estos poemas forman un apéndice en la edición de Leo. Aparte de estos poemas ocasionales, Fortunato escribió entre 573 y 577 un poema en cuatro libros sobre San Martín. Siguió exactamente el relato de Sulpicio Severo, pero lo abrevió a tal extremo hasta hacer su obra obscura a no ser por la ayuda de Sulpicio Severo. Escribió en prosa rítmica las vidas de muchos santos, San Albin, obispo de Angers, San Hilario y Pascencio, obispos de Poitiers, San Marcelo de París, San Germán de París (m. 576), su amiga Radegunda, San Paterno, obispo de Avranches, y San Medardo.

El mérito poético de Fortunato no debe ser sobreestimado. Como muchos poetas de este período de extrema decadencia, él se deleita en la descripción, pero es incapaz de sostenerla; si la pieza es demasiado extensa su estilo decae en manierismos. Su vocabulario es variado pero afectado, y mientras que su lenguaje es lo suficientemente exacto, está desfigurado con una obscuridad deliberada. Estos defectos lo harían intolerable si no hubiese escrito en verso; la tradición poética, como bien dice Boissier, le impuso cierta sobriedad. Los prefacios en prosa que añadió a sus obras exhiben un dominio bombástico del latín apenas inferior al “Hisperica famina”. Su versificación es monótona, y son frecuentes las faltas en prosodia. Con su predilección por el dístico proveyó el modelo para la mayoría de la poesía carlovingia. Fortunato, como un verdadero romano, expresa con delicada sinceridad los sentimientos de intimidad y ternura, especialmente de duelo y ansiedad. Interpreta exitosamente las emociones despertadas por los sucesos trágicos de la vida bárbara circundante, particularmente en los corazones de las mujeres, muy a menudo en esos tiempos víctimas de pasiones brutales. De este modo, y por sus alusiones a eventos y personas contemporáneos, y sus descripciones de iglesias y obras de arte, él es el pintor de la sociedad merovingia. Toda su obra es un documento histórico.

Se ha elogiado a Fortunato por abstenerse del uso de la alegoría mitológica, a pesar del hecho de que su epitalamio por Sigeberto es un diálogo entre Venus y Amor. Ocasionalmente uno se halla en sus obras los temas académicos tradicionales, pero en general se abstiene de estos ornamentos literarios menos por desdén que por necesidad. Todo escritor de verso ocasional es forzosamente un realista, por ejemplo, Stacio en el “Silvæ”, Marcial en sus epigramas. En su descripción de la sociedad bárbara de Galia, Fortunato exhibe el modo en que el pensamiento y vida cristianos contemporáneos permearon en su rudo e inculto ambiente. Dejando a un lado a los obispos, todos ellos galo-romanos, son las mujeres de la época, debido a su intuición natural y refinamiento mental, quienes son más sensibles a esta cultura cristiana. Son las primeras en apreciar la delicadeza de sentimiento y el encanto del lenguaje, incluso novedades refinadas de cocina, aquel arte de civilizaciones avanzadas y gentes en cuyas manos el tiempo cuelga pesadamente. Desde este punto de vista se puede decir que la amistad de Fortunato con Radegunda e Inés refleja con gran exactitud la vida de la Galia del siglo VI.

La mejor edición de Fortunato es la de F. Leo y B. Krusch; el primero editó los poemas y el segundo, los escritos en prosa en "Mon. Germ. Hist.: Acut." (Berlín, 1881-85), IV.
Bibliografía: Hamelin, De vitâ et operibus V. Fortunati (Rennes, 1873); Meyer, Der Gelegenheitdichter V. Fortunatus (Berlín, 1901); Leo, Venantius Fortunatus in Deutsche Rundschau (1882);, XXXII, 414-26; Bardenhewer, Patrología, tr. Shahan (Friburgo im B., San Luis, 1908), 647-50.
Fuente: Lejay, Paul. "Fortunatus." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. .
Traducido por L H M.

(fuente: ec.aciprensa.com)

otros santos 14 de diciembre:

-
San Juan de la Cruz
- San Nimatullah Kassab Al-Hardini

domingo, 13 de diciembre de 2015

13 de diciembre: Beato Juan Marinoni

«Maestro de los teatinos»

Compañero, colaborador y maestro de santos, Juan Marinoni nació en Venecia en 1490. Era hijo de una selecta familia que tenía sus raíces en Bérgamo. Fue el tercero y último de los hermanos, y lo bautizaron con el nombre de Francisco. Cursó estudios en la Universidad de Padua y fue ordenado sacerdote. Era parte integrante del clero en la Colegiata de San Pantaleón, sacristán de la Basílica de San Marcos –misión que ya ostentaba en 1515–, y uno de sus canónigos. Durante un tiempo fue capellán y superior del Hospital de los Incurables.

La fundación de Clérigos Regulares iniciada por san Cayetano de Thiene daba sus primeros pasos, y el beato, que quería consagrar su vida a Cristo como religioso, renunció a su canonjía y se integró en ella en 1528. Profesó en mayo de 1530, tomando el nombre de Juan. Le impuso el hábito Giampietro Carafa, futuro pontífice Pablo IV, y comenzó a colaborar estrechamente con el fundador, san Cayetano. De hecho, tres años más tarde, a solicitud del papa Clemente VII, ambos se trasladaron a Venecia y abrieron la primera casa. Además, se fueron reemplazando sucesivamente en las labores de gobierno.

Juan era un hombre admirado por su sencillez, caridad y humildad. Fue un gran confesor; tenía sabiduría para la dirección espiritual y la formación de los futuros sacerdotes, por lo que es considerado «Maestro de los teatinos». Entre otros egregios sacerdotes, bajo su enseñanza se apasionaron por Cristo y aprendieron los matices del carisma fundador, el beato cardenal Pablo Burali, Jaime Tormo, Salvador Caracciolo, que fue arzobispo de Conza, y san Andrés Avelino, a quien se debe la semblanza que escribió del P. Marinoni, y al que asistió en el momento de su muerte. San Andrés retrató a su maestro diciendo que: «...siempre fue de naturaleza amable, por lo que era querido, respetado y admirado por los fieles quienes le rendían honores y lo tenían por un santo...». Ciertamente, ejerció un liderazgo espiritual entre los religiosos.

Como orador, el beato Juan conmovía a los fieles con sus encendidas palabras que ponían de manifiesto su amor a Cristo. Se caracterizó también por su devoción a la Pasión, y su sensibilidad por los necesitados. Para poder atenderlos, inició junto a san Cayetano la creación de los «Montes de Piedad» que tanto bien hicieron en estos colectivos tan desfavorecidos, rescatándolos con ella de oportunistas y desaprensivos usureros. Tuvieron tanto éxito que se convirtieron luego en el Banco de Nápoles. Juntos, el santo y este beato, también combatieron movimientos contrarios a la Iglesia. Pablo IV ofreció a Juan ser obispo en varias ocasiones, pero sintiéndose indigno de ese honor declinó aceptar la misión.

Hasta el final de sus días estuvo orando por todos y creando nuevas vías de ayuda para los pobres y los ancianos. Fue en ese periodo cuando abrió hospicios para ellos y puso en marcha hospitales. En cinco ocasiones fue Prepósito de la Casa de San Pablo de Nápoles, y en ella murió el 13 de diciembre de 1562. Sus restos recibieron sepultura en el cementerio de San Pablo el Mayor, y se conservan junto a las reliquias de su fundador, san Cayetano. Su culto fue confirmado por Clemente XIII el 11 de septiembre de 1762.

escrito por Isabel Orellana Vilches
(fuente: zenit.org)

otros santos 13 de diciembre:

- Santa Lucía
- Beata María Magdalena de la Pasión
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