Etimológicamente significa resplandeciente como el sol. Viene de la lengua griega.
Fue una magnífica mujer religiosa que, en toda su vida, se enamoró de la Regla de san Benito.
Con ella escaló la cima de la santidad. El cumplimiento de la Regla constituyó para la Orden Benedictina el factor principal para extenderse por todo el mundo.
Elia se preocupó durante todo el tiempo que fue abadesa de una abadía, la de Ohren, en la que había doce hermanas. Supo con santidad, elegancia y finura tratar a todas y a cada una en particular con el detalle que emana de su gran corazón.
Ella fue consciente de que era como una madre para sus hijas en la comunidad. El título de abadesa se usa en los Benedictinos, Claras y en ciertos colegios de las canonizas. Ella tenía el derecho de llevar el anillo y la cruz como símbolo de su rango.
Fue la quinta abadesa del monasterio de Ohren (Treviri) y murió en el año 750.
Hay libros de rezos que hacen mención específica de ella. Podemos enumerar entre otros el breviario del arzobispo Balduino, los calendarios de san Irmino, de san Máximo en el esplendoroso siglo XIV.
También la rememoran el Greven en las Actas del Martirologio de Usuardo.
En los martirologios benedictinos, desde el fin de Wion, su fiesta pasó a fijarse definitivamente el 20 de junio. En realidad se hizo porque era costumbre poner el día en el cual subía al cielo tras su muerte.
Desde ese lejano tiempo, esta santa abadesa no pierde actualidad porque la reliquia de su brazo está hoy en el gran monasterio franciscano de Ohren.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
(fuente: catholic.net)
otros santos 20 de junio:
- San Inocencio de Mérida
- Mártires Ingleses
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