San Ireneo de Lyons escribe de él en el último cuarto del siglo II, considerándolo el quinto Papa en la sucesión de los Apóstoles, sin embargo no dice nada de su martirio. Su pontificado es fechado diversamente por los críticos, ejemplo. 106-115 (Duchesne) o 109-116 (Lightfoot). Se cree que su pontificado duró aproximadamente diez años, en la antigüedad cristiana (Eusebio, Hist. Eccl. IV, i,) y no hay razón para dudar que estuvo en el "catálogo de obispos" incorporado en Roma por Hegesipo (Eusebio, IV, xxii, 3) antes de la muerte del Papa Eleuterio (c. 189).
Según una tradición existente en la Iglesia romana al final del siglo V y registrada en el Liber Pontificalis, sufrió muerte de mártir, por decapitación, en la Vía Nomentana, en Roma un 3 de mayo. La misma tradición declara que fue romano por nacimiento y rigió la Iglesia durante el reinado de Trajano (98-117). Le atribuyen también, aunque sin precisión, la inserción en el canon de Qui Pridie, o palabras conmemorativas de la institución de la Eucaristía, ciertamente primitivas y originales en la Misa.
También se dice, que él ha introducido el uso de agua bendita, mezclada con sal para purificar a casas cristianas de las malas influencias (constituit aquam sparsionis cum sale benedici in habitaculis hominum). Duchesne (Lib. Pont., I, 127) llama la atención, por la persistencia de esta primitiva costumbre romana como forma de bendición en el Sacramentario Gelasiano y que recuerda muy fuertemente a la actual plegaria de Asperges, al comienzo de la Misa. En 1855, se descubrió un cementerio semisubterráneo de los mártires Santos: Alejandro, Evéntolo, y Teódolo, cerca de Roma, en el sitio donde, la antedicha tradición, declara haber sido martirizado el Papa. Según algunos arqueólogos, este Alejandro es el mismo Papa, y esta antigua e importante tumba señala, de hecho, el lugar de su martirio.
Duchesne, sin embargo (op. el cit., I, xci-ii) niega la identidad del mártir y el Papa, mientras admite que la confusión de ambos personajes es de antigua data, probablemente anterior al principio del siglo VI cuando el Liber Pontificalis fue primeramente compilado [Dufourcq, Gesta Martyrum Romains (París, 1900), 210-211]. Las dificultades levantadas en tiempos recientes por Richard Lipsius (Chronologie der romischen Bischofe, Kiel, 1869) y Adolph Harnack (Die Zeit des Ignatius u. die Chronologie der antiochenischen Bischofe, 1878) concerniente a los primeros sucesores de San Pedro, son discutidas y refutadas hábilmente por F. S. ( Cardenal Francesco Segna ) en su De successione priorum Romanorum Pontificum (Roma 1897); con mesura y saber por el Obispo Lightfoot, en su Padres Apostólicos: San Clemente (Londres, 1890) I, 201-345 - y especialmente por Duchesne en la introducción a su edición del Liber Pontificalis (París, 1886) I, i-xlviii y lxviii-lxxiii. Las cartas atribuidas a Alejandro I por Pseudo-Isidore pueden observarse en P. G., V, 1057 sq, y en Hinschius,Decretales Pseudo-Isidorianae" (Leipzig, 1863) 94-105.
Se dice que sus restos han sido transferidos a Freising, en Bavaria, en 834 (Dummler, Poetae Latini Aevi Carolini, Berlín, 1884, II, 120). Sus así llamadas Actas no son genuinas, y fueron compiladas en una fecha muy posterior. (Tillemont, Mem. II, 590 sqq; Dufourcq, op. cit., 210-211).
escrito por Brandon Carvajal
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