(1440 - 1505)
Ladislao nació en Gielnow, ciudad de Polonia y fue bautizado con el nombre de Juan. Realizó los estudios de filosofía y teología en la famosa universidad de Cracovia también en Polonia. ¿Quién podía imaginar que en el mismo salón universitario estudiarían tres hombres santos? Efectivamente Ladislao compartía las clases con los que serían luego San Juan Cancio y el Beato Simón de Lipnica.
Siendo aún un joven de 17 años, escuchó la voz del Señor que lo llamaba a dejarlo todo y seguirlo. Ladislao entonces se desprende de todo lo que tenía y luego pide ser admitido en el convento de Cracovia de la Orden de los Hermanos Menores o franciscanos, como son más conocidos. Ya en el noviciado de esta Orden fundada por San Francisco de Asís, el joven polaco tuvo que luchar muy fuerte para alcanzar las virtudes que lo hicieran totalmente disponible en la vida de entrega y servicio que había escogido.
A pesar de tener ya los estudios necesarios, Ladislao se prepara durante mucho tiempo para recibir el Sacramento del Orden Sacerdotal. Se había convertido en un fraile muy fervoroso y sus superiores, viendo que ya estaba maduro, le dieron el permiso para ser por fin ordenado. A partir de ese momento Ladislao se convierte en un gran predicador, que con un celo hasta ahora desconocido para sus hermanos, recorre pueblos y ciudades, suscitando por todos lados la conversión de miles de personas, que enterados de la fama de santidad de este joven religioso corren a escucharle. Grandes milagros y curaciones obró el Señor en favor de sus hijos más necesitados, a través de la humildad de su siervo Ladislao.
Elegido varias veces como Ministro provincial de los franciscanos polacos, fray Ladislao, consciente de las responsabilidades de su nuevo cargo de servicio, visita a pie los 24 conventos que le tocaba gobernar. Al llegar a cada uno de ellos, se preocupa de que se viva según el espíritu franciscano, además de impulsar con su presencia, un renovado ardor entre sus hermanos. Dos veces tendrá que viajar a Italia para participar del Capítulo General de la Orden.
Al volver a su patria, retoma su amado ministerio de predicador y con el mismo celo que lo hiciera anteriormente, anuncia la palabra del Señor por numerosos pueblos. Fray Ladislao se da tiempo para escribir obras religiosas, poesías y componer algunos cantos. Lleno de celo apostólico, desde su provincia envía misioneros franciscanos a los actuales territorios de Lituania y Rusia, donde lamentablemente el cisma y la herejía hacían estragos entre los creyentes, logrando que muchos fieles retornen al redil de la Iglesia Católica.
Por estos tiempos la católica Polonia sufre de guerras con sus vecinos. Fray Ladislao organiza numerosos actos penitenciales y de oración para alcanzar la paz en su patria. La Virgen María se le apareció varias veces e incluso le dio al Niño Jesús para que lo cargara. El viernes santo de 1505, mientras predicaba la pasión de Cristo, para asombro de la gran cantidad de fieles que lo escuchaban, entró en éxtasis. Era el anuncio de su próxima partida a la Casa del Padre, la cuál llegó después de un mes de grandes sufrimientos el 4 de mayo de aquel año. Es patrono de Polonia y de Lituania.
(fuente: prelaturaayaviri.org)
otros santos 04 de mayo:
- Beato Juan Martín Moyë
- Santa Afra de Brescia
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